En pleno debate sobre quién merece llevarse el Balón de Oro el próximo 13 de enero en la gala de la FIFA, el seleccionador español, Vicente del Bosque, ha desvelado este domingo que sus votos han ido a parar a "dos españoles", dejando entrever que se trata de Xavi Hernández y Andrés Iniesta, y "a otro más" cuyo nombre no ha dado pero que posiblemente es Franck Ribéry.

"He votado a los dos españoles. El tercero, déjalo en la incógnita", ha detallado al programa 'Tiempo de juego' de la Cope. Pero al hablar de los tres entrenadores que han merecido su apoyo --"Jupp Heynckes, Rafa Benítez porque es español y campeón de la Europa League, y Luiz Felipe Scolari, campeón de la Confederaciones"--, ha dado una pista sobre su criterio de elección.

"He votado por títulos, es el dato más objetivo", ha argumentado. Y no hay duda de que el delantero del Bayern de Múnich es, por delante de Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar y Zlatan Ibrahimovic, el jugador que más títulos ha cosechado este año, entre ellos la Champions, la Bundesliga y la Copa de Alemania.

Compromiso con Sudáfrica

Del Bosque ha hecho estas declaraciones desde Johannesburgo, donde 'la Roja' jugará este martes un partido amistoso contra Sudáfrica en el mismo escenario en el que conquistó el Mundial del 2010. "Existía un compromiso muy fuerte de nuestro presidente [Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol] con Sudáfrica y no se había podido cumplir hasta este momento. Ahora las distancias no son un problema: nos metemos 10 horas de avión, en primera, dormidos, sin problema", ha subrayado.

Pero con un calendario tan apretado como el de esta temporada, no todo el mundo está de acuerdo, sobre todo tras el partido contra Guinea Ecuatorial (1-2). "Hay quienes perciben todo lo negativo. Lo acepto, pero ha habido cosas muy positivas. En lo social, 20.000 niños nos han recibido con mucho cariño y la felicidad que se han llevado es incomparable. Y en lo deportivo, también ha habido cosas buenas", ha señalado en referencia a las críticas por disputar un encuentro bajo la sombra del dictador Teodoro Obiang.

"Nadie ha pensado en clave política, ni en fortalecer a nadie. No siento que haya hecho nada malo, al contrario, siento que he hecho algo positivo por España y por algunos chavales de Guinea Ecuatorial", ha insistido, aunque también es consciente del riesgo de lesiones. Buena prueba de ello es el golpe que recibió el sábado Xabi Alonso. "Es fútbol, puede ocurrir cualquier cosa. Aunque es verdad que, en algún momento concreto, se pasaron", ha explicado sobre la dureza de los jugadores guineanos.

Reto complicado

Sobre la cita de Brasil, el técnico salmantino ha admitido que volver a ganar el Mundial es complicado. "Es muy difícil. No es que sea temeroso, pero hay equipos muy difíciles. Puede ganarlo cualquiera de los que estén en el grupo peligroso. No digo que no aspiremos a ser campeones, pero no puedo decir que lo vayamos a ser porque no me sale de dentro. Brasil es uno de los firmes candidatos, pero cualquiera les puede ganar.", ha dicho.

Y en cuanto a su renovación, que ha pasado bastante desapercibida, la ha considerado "un asunto menor". "Está firmada. Lo importante es tener emoción por hacer nuestro trabajo y cumplir con nuestra responsabilidad, independientemente de los resultados", ha detallado. "He sido un hombre afortunado de poder vivir en un club tantos años, de poder vivir estos momentos de éxito con la selección durante seis años --ha proseguido--. Aunque no soy mucho de regodearme en el pasado. Hay que mirar para adelante, aunque disfrutaremos de este momento. No somos de piedra".