Suráfrica saboreó un momento histórico el día que derrotó a la selección campeona del mundo (1-0), una España desconocida que convirtió la fiesta del regreso al escenario del éxito, el Soccer City, en uno de los peores partidos de la era Del Bosque.

Hay fechas prescindibles en el calendario FIFA. Partidos a los que se puede renunciar porque afectan a la imagen. Aparcado el aspecto emotivo del regreso al paraíso, se palpa en la intensidad con la que juegan los futbolistas, que tienen sus mentes en otras batallas. Se comprobó en Guinea Ecuatorial, donde la dureza invitó a no ir a la guerra. Y la misma tónica continuó en el Soccer City. Vicente del Bosque quiso homenajear a los que fueron campeones. Diez de los once titulares disfrutaron de la mejor experiencia de sus carreras en Sudáfrica. Todos, menos Nacho Monreal.

DOS PROTAGONISTAS // Era el reencuentro de Casillas con un escenario donde engrandeció su leyenda de santo y el de Andrés Iniesta en el estadio en el que dejó su nombre para la eternidad.

Sin embargo faltó consistencia cuando Suráfrica corrió. Con balas como Parker o Matiaba. Jugadores verticales que no piensan con el balón en los pies. Solo enfocan a la portería rival. Les frenó de inicio la madera del poste, cuando un disparo de Manyisa tocó en Ramos y se envenenó.

A España le faltó ambición. Creer en lo que jugaba. Jugó caminando y hoy en día así no se gana a nadie. La movilidad de Villa y Pedro cayó continuamente en fuera de juego. Goles bien anulados. Iniesta quiso marcar en la portería donde marcó a Holanda a los 116 minutos. Le faltó puntería entre el sonido de vuvucelas.

Después de un buen zurdazo de Monreal llegó un fallo de Raúl Albiol costó muy caro. Perdió el balón en la salida, y cuando España quiso reaccionar, Sudáfrica ya había explotado su velocidad. Parker entró como una bala y definió con calidad, picando el balón a la salida de Víctor Valdés.

EL PLAN B // Del Bosque buscó la reacción con la entrada de Navas pegado a banda y Negredo rematando. Lo intentó el vallecano con dos disparos. Se lució el portero sudafricano con el último.

Llegaba tras una polémica provocada por la lesión de Valdés. Con todos los cambios realizados por Del Bosque, el delegado FIFA permitió entrar a Reina y el banquillo de Sudáfrica se quejó con energía. Para ellos ya no era un amistoso. Tenían en la mano la opción de tumbar al campeón. Y lo hicieron pese a las paradas de Reina, que sacó dos claras a Rantie y evitó que el batacazo fuese aún más sonrojante. España no está hecha para amistosos. H