Hasta el mejor escribiente tiene un borrón. El Villarreal dejó escapar dos puntos ante un Málaga que se encontró en el minuto 93 con un empate con el que ni en el mejor de sus sueños hubiera contado anoche. El Madrigal se quedó titiritando con el remate de cabeza de Welligton en un córner que no fue tal, pero tampoco fue la mejor noche de un Submarino que se conformó con hacer lo justo para ganar y no supo apuntillar a un rival que llegó muy tocado al Madrigal. En cualquier caso, en un flojo partido el equipo de Marcelino fue el menos malo. Para colmo, Bruno Soriano vio la quinta tarjeta amarilla y se perderá el próximo compromiso del 14 de diciembre contra el Barça en el Camp Nou. Ahora, un paréntesis en la Liga y a pensar en la eliminatoria de Copa del Rey ante el Elche.

Anoche no fue la mejor actuación del Villarreal, pero aunque baje un poco el pistón de acierto o fantasía a este equipo parece que le vale para ganar con cierta comodidad, y así fue hasta el minuto 93 en el que se pagó caro el no apretar el acelerador para cerrar el partido. El Málaga salió envalentonado, motivado por las urgencias de una clasificación que le dejaba a un solo punto del descenso, y eso cuando se viene de años de éxitos y Champions, es un duro trance. El árbitro no acertó demasiado en los tres primeros ataques de los malagueños y se puede decir que erró más de lo que puede permitirse un juez, como toda la noche. Esas jugadas vinieron precedidas de un claro fuera de juego. El fallo se duplicó más aún cuando Eliseu, que partía en posición ilegal, fue objeto de penalti por parte de Jaume Costa que González González tampoco señaló. Dos errores seguidos en la misma acción.

El Villarreal fue durante 20 minutos un tanto a remolque del equipo de Schuster, que parecía preparado para intentar el despegue. Pero, poco a poco, los amarillos entraron en calor. Marcelino resolvió sus dos o tres incógnitas habituales aplicando el criterio de la justicia, es decir, juega quien más se lo gana o merece. Costa recuperó su puesto en el once en detrimento de Jokic, y Aquino sentó a Hernán, manteniendo a Trigueros en la formación. Gio, una de las estrellas del Villarreal, esperó su oportunidad con la renovada confianza en Ike Uche y Jonathan Pereira.

Un par de contragolpes bien trenzados por Cani dieron el aviso al Málaga. Un tiro de Uche que Caballero resolvió con agilidad era el preámbulo de que el Submarino sacaba las garras. Y entre genios anduvo el juego en la acción que abrió el marcador. Si Cani y Bruno se juntan para hacer una paella es posible que el arroz esté para echarlo a la basura, pero si hacen panda en un campo de fútbol... cualquier cosa puede suceder. Y así fue. Cani se puso el traje de mago y puso la varita a funcionar. El resultado, una asistencia que cayó en manos de otro prestidigitador del balón como Bruno y un remate sutil que un diestro natural posiblemente no hubiera sido capaz de lograr, pero que viniendo de un zurdo adquiere más mérito. El balón durmió en la red, con Caballero rendido a la exquisitez. Ahora, como en el campo del Levante, faltaba rematar la faena.

BAJÓN TRAS EL DESCANSO // Si la primera parte destacó por la eficacia de las defensas y la falta de inspiración creativa, la segunda fue peor. Fútbol sin control ni ocasiones. En un partido sin dificultades, tampoco brilló el árbitro. El agarrón de Sergio Sánchez a Gabriel fue demasiado claro para ser omitido. Otro penalti al limbo. En una noche de desatinos no pudo faltar el clamoroso gol que desperdició Morales con Asenjo batido. La única ocasión del Málaga.

Marcelino movió piezas y dio la alternativa a Gio. El Villarreal se limitó a defender con orden, aunque caminó por un fino alambre que separaba la victoria del empate, eso sí, sin miedo alguno al vacío, al que parecía casi imposible que cayera porque el Málaga apenas apuntó síntomas de meter algo de miedo en el cuerpo. Una de las notas negativas de una noche gélida fue la quinta tarjeta de Bruno. Y eso que el árbitro tampoco acertó de primeras y se la mostró a Mario, para luego rectificar. La mejor ocasión del Villarreal para marcar el 2-0 llegó en el 89 pero el remate inofensivo de Gio se estrelló en Caballero.

Cuando incluso el Málaga aceptaba con resignación el 1-0, un nuevo fallo arbitral al señalar un córner que no era tal dejó al Madrigal titiritando. El remate de Welligton en el último suspiro se fue al fondo de la red. El Málaga se encontró con un punto; el Villarreal perdió dos pero caminó demasiado tiempo por el alambre. Una lección para aprender. La botella medio llena son los 28 puntos en la clasificación. Una cifra magnífica en la jornada 15. H