El Valencia, por medio de Amadeo Salvo, su presidente, dijo que van a intentar que sea la Fundación del club, su máximo accionista, la que lidere la venta de la entidad y no Bankia como hasta ahora, además de pedir al banco que venda sus créditos. “Ahora mandamos nosotros”, soltó Salvo en la asamblea informativa celebrada anoche en Mestalla y en la que, ante unos 5.000 accionistas, detalló su versión de cómo ha sido hasta ahora el proceso de venta de la entidad.

“Vamos a pelear por que la Fundación pare el proceso y se inicie uno transparente y limpio donde el club y la Fundación tengan toda la información, para que en una junta de accionistas se decida a quien se vende”, señaló. “Señores de Bankia, vendan la deuda; tendremos otro acreedor y estoy seguro de que nos irá mejor que con ustedes”, apuntó el presidente, crítico. “No se puede comprar un sentimiento de 95 años como si esto fuera una empresa de chorizos”, advirtió al banco.

LAS DOS SOLUCIONES // “A Bankia le digo que si quiere vender el Valencia, tienen dos opciones: o que ejecute la prenda y se quede con el club o que sea parte del proceso como diga el Valencia”, sentenció. Salvo pidió a continuación que la Fundación sea “locomotora” de un proceso en el que la entidad pueda tener toda la información y contar con un asesor.

El presidente detalló su versión sobre el proceso y acusó a la auditora KPMG de haber entrado en el club con la excusa de buscar inversores para el estadio, pero con la idea de venderlo, por lo que denunciarán su actuación. También pidió al ministro de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro, que fiscalice la actuación de Bankia. Además, aunque admitió la “sensibilidad” de la Generalitat, agregó que debe decidir “si está con nosotros o en Madrid”.

Salvo reconoció que el multimillonario singapurense Peter Lim, cuya oferta él mismo avaló, no participó finalmente en el proceso que abrió Bankia “porque no le daba seguridad”, animándole, como al resto de inversores, a que regrese a Valencia y exponga su propuesta a la Fundación.

Salvo, que habló desde el césped respaldado por su consejo de administración, fue interrumpido a menudo con aplausos y cánticos con su nombre, pero también en contra de Bankia, la Generalitat y la prensa, a lo que el dirigente che contestó pidiendo respeto. Los asistentes habían recibido una cartulina verde y otra roja. Así, cuando les instó a que mostrasen la primera si apoyaban su “línea de defensa” del Valencia, la tribuna se tiñó toda de verde. H