A por la cuarta plaza. Es el objetivo con el que el Villarreal afronta el partido del José Zorrilla tras tres victorias consecutivas y con la continuidad en Primera virtualmente asegurada. Ahora toca disfrutar, pero sin dejar de competir. Por delante, toda una segunda vuelta para luchar por Europa, con la opción prioritaria de la Champions y, si no se puede, la Europa League. Todo ello con la satisfacción del trabajo bien hecho en tiempo récord. Siempre se dice, y es verdad, que la segunda vuelta es más complicada, si cabe, que la primera. Todos los equipos quieren lograr sus objetivos, pero a todos no les alcanza, convirtiéndose los partidos en finales. Y así es hoy para un Valladolid en descenso.

El Villarreal seguro que jugará sus bazas, entre ellas la serenidad ante el nerviosismo, pero por encima de todo su buen fútbol y pegada. Marcelino solo tiene una competición por delante y se terminaron las rotaciones. En la mente de todos los aficionados hay un once titular, pero conociendo al técnico que nadie se duerma o volverán las sorpresas.

Mientras, al que echo en falta es a Cani, todavía en periodo de recuperación de su rodilla, que debe ser el gran refuerzo de la segunda vuelta si no tenemos un regalo por parte del presidente Roig. H