El presidente de la LFP, Javier Tebas, aseguró que “en el Villarreal-Celta falló la seguridad”, obviando que buena parte de las herramientas que se utilizan en el Madrigal para garantizar la salvaguardia de los aficionados procede precisamente del organismo que preside. No contento con esta acusación gratuita, el directivo afirmó en Marca que “era algo controlable”. Recordar que el bote de gas lacrimógeno utilizado en el sabotaje del encuentro es prácticamente imposible de localizar debido a su reducido tamaño -aproximado a una lata de refresco-.

En el partido, el dispositivo de seguridad fue el habitual de todos los partidos de Liga y la Policía Nacional tuvo el refuerzo de 60 agentes privados y 70 empleados en los accesos, más bomberos, personal sanitario o acomodadores. Un despliegue que no pudo evitar, eso sí, el acto del energúmeno.

Según los responsables de Protección Civil de Vila-real, el club tiene un plan de autoprotección y evacuación protocolarizado. Existe una unidad con cámaras de videovigilancia con agentes de la Policía Nacional, la Policía Local, el Consorcio Provincial de Bomberos y las ambulancias. H