La abultada derrota por 1-5 frente Holanda ha hecho que se empiecen a hacer cuentas pensando en el pase a octavos de final. Las cuentas son claras: para depender de sí mismo, España debe ganar a Chile y golear a Australia. Es posible contemplar otros resultados, pero hay que ponerse en la lógica... si es que hay que seguir bajo su dictadura, después de la sorpresa en Salvador de Bahía o, en otro rango, la victoria de anoche de Costa Rica ante Uruguay.

En caso de triple empate entre Holanda, Chile y España a seis puntos contaría el average general. Para que eso suceda, los de Del Bosque deben vencer los dos encuentros que le restan y que la Roja de Suramérica pudiera con los de Van Gaal en el epílogo de este grupo B del Mundial de Brasil.

-4 Y +2 // Ahora mismo, España tiene -4 por el +2 de Chile, gracias a que los de Arturo Vidal, Alexis Sánchez y compañía doblegasen, horas después de la debacle en el Arena Fonte Nova, a los aussies por 3-1. Una situación de seis goles de diferencia que deja a los de Del Bosque en una difícil tesitura.

Hay que recalcar que España depende de sí mismo todavía, aunque es una apreciación con cierta trampa, ya que todo hace indicar a que terminará dependiendo de la diferencia de goles. Si consigue ganar este miércoles (nueve de la noche, hora española) a Chile en el mítico Maracaná (primero) y el día 23 (seis de la tarde) a Australia en el Arena da Baixada de Curitiba, lo único que le dejaría fuera de los octavos de final sería un triple empate y perder el average general.

El punto 5 del reglamento FIFA deja claro que el primer criterio de clasificación son los puntos y el segundo, la diferencia de goles general (entre marcados y encajados). Después (por este orden), hay que acudir al número de puntos logrados en los enfrentamientos directos; y a la diferencia de goles particular; al número de goles marcados en los duelos directos. En el caso de que ninguno de estos cinco supuestos rompa una igualdad, hay que proceder, en último término, a un sorteo.

EL RECUERDO DE FRANCIA-98 // En el Mundial-98, España llegaba a la última jornada tras perder contra Nigeria (2-3) y empatar ante Paraguay (0-0). No dependía de sí misma y pese a golear a Bulgaria (6-1), una sospechoso derrota de las Águilas Verdes ante los guaranís mandó para casa a la selección de Javier Clemente. Un desenlace que nadie está dispuesto a repetir, pese al lamentable arranque en la cita de Brasil. H