Chechu Dorado recordará durante mucho tiempo su precipitada reaparición en el derbi autonómico de la pasada campaña en Mestalla, todavía sin estar recuperado al cien por cien de una fisura en el quinto metatarsiano en el pie derecho. Desde entonces, finales de marzo, el defensa central del Submarino ha estado trabajando en solitario para recuperarse, en un tratamiento “lento y costoso” que invita a descartar las prisas.

Pese a todo, Dorado espera que el 14 de julio, cuando el equipo de Marcelino se ponga manos a la obra para iniciar la pretemporada, todo haya quedado ya en un mal recuerdo. “En estos momentos, la idea que tengo es llegar a estar bien para el comienzo de los entrenamientos, pero todo depende de cómo vaya soldando la fractura”, explica el jugador cordobés, que este verano se quedará sin vacaciones para ponerse a punto, junto con otros dos futbolistas que se encuentran en la enfermería desde la pasada campaña, Pablo Íñiguez y el paraguayo Hernán Pérez, que tuvo que hacer las maletas de forma precipitada para regresar de Grecia tras sufrir una lesión de rodilla con el Olympiacos.

Dorado espera iniciar con fuerza la próxima campaña, ya que en sus planes no entra un posible cambio de aires pese a que el club anda a la caza de un central. Tiene una temporada más de contrato y no tiene constancia de que en el club amarillo no se cuente con sus servicios. H