Encima, se lo ponen fácil. Por si no fuera suficiente con la calidad de sus pilotos, como si no hubiera bastante con la exultante superioridad de sus coches, a Mercedes le tendieron en el Gran Premio de Austria una alfombra roja para firmar otro doblete.

Los Williams arrancaron desde la primera línea pero nunca pensaron en ganar, solo en asegurar el podio. Se dejaron engañar por la estrategia de las flechas de plata y Nico Rosberg no encontró oposición para arrebatarles la victoria, mientras Lewis Hamilton escaló siete puestos apoyado en una gran salida, un coche fantástico y la indolencia del muro de Williams que condenó cualquier opción para Massa y Bottas.

Los largos tramos de aceleración en cuesta del Red Bull Ring ya presumían un terreno favorable para los propulsores Mercedes y los Red Bull se diluyeron en la carrera de casa. Vettel abandonó con problemas electrónicos, y Daniel Ricciardo, el vencedor en la última cita de Montreal, echó por tierra cualquier opción de podio con una mala salida, y después, nunca tuvo ritmo.

ALONSO Y EL RESTO // Esta vez fue Fernando Alonso el primero de los mortales, en la que el español calificó como “mi mejor carrera de la temporada”. El bicampeón sabía de las dificultades para defender una cuarta posición en la parrilla que “no se correspondía con nuestras posibilidades” y finalizó quinto, muy cerca de Massa. De nuevo vapuleó a Kimi Raikkonen, décimo.

El finlandés no entiende, o no quiere entender, una palabra de la tecnología de los nuevos coches. No está dispuesto a cambiar innumerables parámetros del coche casi antes de cada curva, porque cuando lo hace se sale. Lo suyo es ponerlo en modo standar y tirar, casi toda la carrera igual. Y claro, no es lo mismo.

No, Kimi no es Alonso. Ocho a cero para el asturiano este año. Y puede que con su regularidad, con su profesionalidad, con su talento, luche por la tercera plaza final del mundial. ¿Y que le parecería al asturiano lograrlo? “Hay niños viendo ahora la tele ¿no?”, dijo mordiéndose la lengua.

No tendrá la oportunidad de ganar una carrera como tuvieron ayer los Williams. “No sé si con otra estrategia... la verdad es que he tenido mala suerte con el tráfico, en realidad queríamos asegurar el podio”, reconoció Massa.

Se lo pusieron fácil. Mercedes adelantó la parada de sus coches, y los Williams no reaccionaron, ni en la primera parada -Rosberg adelantó a Massa y Hamilton a Bottas-- , ni en la segunda, donde los dos Mercedes se quedaron ya primero y segundo. “La estrategia nos ayudó”, dijo riendo Rosberg, nada sorprendido por la remontada de su compañero. “Sabía que, aunque saliendo noveno, en pocas vueltas lo tendría en mi retrovisor”. Pero solo eso. “No luché contra Nico porque no hubiese encontrado la oportunidad de adelanterle”, dijo resignado. H