El Castellón retoma la Liga con la intención de defender el liderato frente al acoso del Atlético Levante (este mediodía, recibe al Cullera, tercero). Lo hace de nuevo en ese fértil territorio de puntos que es Castalia contra el amenazador Benigànim (17.00 horas). Un partido en el que Calderé, debido a lo esquilmadas y fatigadas de sus tropas, ha puesto en práctica una leva voluntaria entre la grada para salir airoso de, tal vez, la situación más difícil en los cerca de cuatro exitosos meses que lleva por estos lares.

Esta vez, el Castellón sí ha pagado un elevado precio por avanzar en la Copa RFEF. El pase a semis ha dejado un reguero de bajas por el camino, sumándose a las ya conocidas con anterioridad: Meseguer cumple sanción; Uriarte y Canadell no han podido participar en el cruce con el Gerena por lesión; Gaby se perdió el desenlace por el cólico nefrítico cuando ya estaba de camino; y Javi Selvas y Rubén Suárez cayeron en el fragor de la batalla del José Juan Romero Gil, donde Pablo Suárez y Juanra tampoco salieron bien parados, aunque al menos sí se ha podido recuperarlos para la rentrée liguera.

Así que los tres que no viajaron a Sevilla (Miki, Carrillo y Omar) son los que únicos que realmente están frescos, puesto que el resto, en mayor o menor grado, acusan el desplazamiento y la exigencia a la que le sometió el Gerena.

Esta tarde, pues, la labor de Calderé estará más enfocada en cubrir los numerosos huecos de la mejor forma posible, que en escoger la mejor opción dentro del amplio abanico que le permite una profunda y variada plantilla que, hoy sí, verá calibrada su riqueza. Entre todas las incógnitas que surgen, la de la circulación de la pelota, con las ausencias de Meseguer, Canadell y Gaby, lo que permitirá, a priori, la titularidad de Borja Gracia y Miki, en el caso de que el tarraconense retrase a Castells al eje de la zaga.

Anda avisando Calderé, desde hace semanas, de que mucho ojo con el Benigànim. Eso, incluso, antes de que, el domingo, levantara un 0-2 al Alzira con cuatro goles de Mateo en 36 minutos de la segunda parte. Ni su nombre ni su currículo (juega, por vez primera, en Tercera) parecen decir mucho y, hasta hace poco, simplemente era el equipo entrenado por Miguel Àngel Mullor (el Príncep d’Ontinyent, que vistió de albinegro entre 1998 y 2001, está próximo a cumplir tres brillantes años en el banquillo del club de la mediana localidad La Vall d’Albaida, de menos de 7.000 habitantes), pero sus siete jornadas sin perder (eso sí, la mitad que los albinegros), producto de llamativos resultados como los empates en tres campos complicadísimos como los del Novelda, Atlético Levante y Ontinyent o las victorias sobre Crevillente y Orihuela, llaman a la cautela. Por lo tanto, sí, mucho ojo con el Benigànim.

CREDENCIALES // El Castellón, a su vez, presume de sus ocho victorias y un empate en sus últimos nueve compromisos en casa (Liga y Copa RFEF). Esto, junto al fondo de armario de la plantilla y al calor de la afición, debe ser suficiente para conservar el liderato o ampliar la ventaja con sus perseguidores, ahora que el Castellón ha superado el engorroso trámite del descanso forzoso, por el que no todos han pasado aún. H