No sé si habrá ido alguna vez a Castalia o si tan siquiera ha visto un partido de fútbol en su vida. Tampoco es demasiado relevante porque su trabajo no tiene nada que ver con la pasión por el deporte. En ocasiones se viste de persona distante que construye un muro más grande que el de Berlín o la línea verde de Nicosia para dejar claro que su territorio no lo pisa nadie. Incluso adopta pose de estirado. Sí, todo puede ser, aunque siempre he dicho que las cosas en muchas ocasiones no son como parecen y en otras muchas no parecen como son. Me refiero a Federico Castellano, administrador concursal del CD Castellón. Les puedo asegurar que en el último año es muy probable que haya mantenido más reuniones en secreto por el club albinegro y haya hecho más por el Castellón desde el anomimato, que un sinfín de personajes que pululan por ciertas asociaciones que dicen querer al Castellón y que solo hacen que buscar el protagonismo o sembrar cizaña desde su butaca. No todos, evidentemente, son así, ni mucho menos.

El próximo lunes se celebra la junta de acreedores. Sin entrar en tecnicismos que dejo para expertos, se ha llegado a un acuerdo con los que podriamos denominar acredores privados (Bankia y Grupo Gimeno como referentes) con una quita del 60% y una carencia de pago de 4 años y aplazamiento de 10.

Pero el problema, por decirlo de alguna manera, es Hacienda y Seguridad Social. La Agencia Tributaria, como ha venido haciendo con otros clubs, exige una garantía de buena voluntad con un primer pago. En el caso del Castellón reclama un 10%. Más o menos, alrededor de 150.000 euros. De Seguridad Social no manejo números.

Mucho dinero. El Castellón ha tenido que apostar fuerte para formar un equipo para ascender, con el presupuesto más alto de su grupo y, posiblemente, de la 3ª nacional. Hay que subir sí o sí.

Por ello, la disponibilidad de tesorería del Castellón pasa por la hucha de Federico Castellano. Es decir, por la buena gestión que haya hecho el administrador concursal del ingreso de 660.000 euros de Aeroport de Castelló. Sí, y en eso confío, pero ¿y luego? Sigo pensando que ahí está el quid de la cuestión. Todo no se puede dejar en manos de un hipotético ascenso a 2ª B y, en el más que necesario para pagar sin ingresos extras, a 2ª A. La ampliación de capital es obligada para evitar en el futuro la disolución, o lo que es sinónimo la compra por un inversor externo. Castellano volvió a reunirse esta semana con un pretendiente. Si el administrador concursal hablara, seguramente algunos de los albinegros de soca que han pegado codazos para hacerse con una acción del club para salvar su honor albinegro, deberían esconderse bajo tierra. Por cierto, otro de los bulos callejeros es que la concejala de Deportes, Begoña Carrasco, es el ángel de la guarda de David Cruz y quien salvó su puesto de presidente. Grave error, porque a quien ha intentado ayudar por encima de todo es al Castellón. Ella ya era albinegra cuando muchos otros que aparecen ahora en liza no sabían ni dónde estaba Castalia. Hoy, por lo menos, el club vive no por una sola persona, y sí porque existen miles de albinegros que velan por él y también por, gente seria y responsable como Federico Castellano y no la obviaré, también como Begoña Carrasco. Eso si, los milagros no existen y hace falta dinero. Venga de México, China o porque no, de Castellón. PPO. H