Quique Sánchez Flores regresaba a Mestalla, pero su única alegría fue el reconocimiento del público al que fuera entrenador del Valencia, un equipo que ayer malgastó mucha munición antes de encontrar una vía de escape en el penalti que le dio el triunfo. El equipo de Nuno dispuso de un buen número de ocasiones e incluso vio cómo Jona desviaba a la madera un cabezazo de Negredo en la segunda mitad.

Tuvo que ser una acción absurda de Juan Rodríguez, que golpeó a Negredo dentro del área, la que le diera la victoria y le volviera a situar en puestos de Champions. Tras el gol de penalti, el Valencia no supo cerrar el choque, lo que pudo pagar en la última jugada con un remate de Sarabia en boca de gol que se marchó arriba. H