Europa como terapia. La Champions brinda al Barça la oportunidad de restañar la herida que se hizo accidentalmente el sábado frente al Málaga. En el viaje a Manchester que hoy emprende, al cuadro azulgrana se le juntan el hambre con las ganas de comer. A la exigencia de conseguir mañana (20.45 horas, La 1) un buen resultado frente al City en la ida de los octavos de final, se une la necesidad de levantarse del tropezón del sábado. No solo por la derrota, imborrable, sino por la involución del juego.

El día de la marmota en versión europea vivirá hoy el Barcelona, que el 17 de febrero del año pasado viajaba a Manchester para dirimir los octavos de la Champions frente al City. La misma eliminatoria, el mismo rival.

LAS MISMAS CARAS // A pesar de los numerosos fichajes realizados, los culés verán las mismas caras en el campo: Hart, Zabaleta, Kompany, Silva... incluso Agüero, lesionado la otra vez. No verán el martes, en cambio, a Touré Yaya, sancionado, ni a Negredo (en el Valencia). Más novedades presenta el Barça, obligado para detener el declive que apuntaba. Mientras el City conquistó la Liga con Pellegrini en la última jornada y ganando en casa, el Barça de Tata Martino, en idénticas circunstancias, la dejaba escapar empatando con el Atlético de Madrid.

Una de las diferencias del duelo, por tanto, se sitúa en la dirección técnica. Ter Stegen en la portería, Mathieu en la defensa, Rakitic en el centro del campo y Luis Suárez en punta retratan el cambio que intenta operar Luis Enrique. Dos de los nuevos fichajes, sin embargo, se quedarán en Barcelona: Douglas y Vermaelen, lesionados. Fiel a la costumbre del técnico, se desplaza incluso Jordi Masip, el tercer portero culé.

El partido brinda al Barça la inmediata posibilidad de resarcirse de lo que, de momento, parece un accidente, entiende Luis Enrique. Uno de los causantes, Dani Alves, echaba ayer tierra encima de su mayúsculo error al propiciar el gol del Málaga. No dejó bailes ni canciones en sus cuentas particulares de internet, solo un mensaje donde se decía a sí mismo “arriba, arriba, arriba”. No fue una derrota más la del sábado. Tuvo una connotación simbólica. En los últimos siete años, ningún equipo, excepto el Madrid en la temporada 2012-13, le había ganado al Barça 5 de los 6 puntos en juego de la Liga. H