Vassilis Spanoulis ha vuelto a añadir otro capítulo extraordinario a una carrera de leyenda. Uno más que define el talento de un jugador único. La estrella del Olympiacos ha aparecido en toda su grandeza en la final four para hacer saltar los pronósticos de la primera semifinal y tumbar al todopoderoso CSKA Moscú (68-70), clasificándose para la final de la Euroliga. Los moscovitas han sufrido un revolcón inesperado igual que hace tres años, en la final de Estambul-2012, cuando eran los grandes favoritos y acabaron arrodillándose en la final frente al equipo de El Pireo después de haber amasado 19 puntos de ventaja. Entonces perdieron por una canasta de Printezis en el último segundo (61-62). Este viernes, el verdugo ha sido Spanoulis, que había transitado por el partido sin ruido. En 36 minutos solo sumaba 2 puntos y una serie pésima de tiro: 0 de 12. Pero de repente, se ha desatado para anotar cuatro canastas fundamentales, tres de ellas triples, que han cambiado por completo el desenlace.

El CSKA ha llegado a dominar con cierta holgura el partido, hasta por nueve puntos, y de repente se ha encontrado con la solga al cuello, mientras el Olympiacos cabalgaba a su tercera final en los últimos cuatro años, con 13 puntos de Spanoulis, 14 de Printezis y 10 de Sloukas. De nada sirvieron los 18 puntos de De Colo para el CSKA.