Algunos aficionados, sobre todos los más jóvenes, no pudieron contener las lágrimas a la conclusión del partido entre el Inter Movistar y el Peñíscola FS, que significaba la eliminación de los del Baix Maestrat del play-off por el título de Liga. Fue la rabia inicial, después de una temporada para enmarcar del equipo.

Porque lo que ha hecho en su segunda aventura en la élite el club que preside Juan Vizcarro no está al alcance de todos. Con el presupuesto más bajo, el equipo se clasificó para luchar por el título y su papel, ante el mejor equipo de toda la historia, ha sido más que digno. Por eso, solo puedo felicitar a directiva, cuerpo técnico y jugadores por el esfuerzo realizado. Y es que además, con la presencia del Peñíscola FS en la máxima categoría, el fútbol sala provincial sigue teniendo presencia en el panorama nacional.

Pero una vez bajado el telón, también estoy convencido de que ahora en el seno del club serán más ambiciosos y para el próximo ejercicio liguero se marcarán dar un paso más. Quedan muchos meses por delante, pero ya han hecho los deberes en muchos aspectos, renovando a la columna vertebral de la plantilla, con lo que se aseguran un buen futuro por delante.

Y también han conseguido que siga el entrenador, Carlos Sánchez, que desde su llegada contagió a la plantilla de su experiencia.

No es fácil quedar entre los ocho mejores en Primera División y el Peñíscola FS ya puede presumir de ello. Y si continúan haciendo bien las cosas, esto puede mejorar. H