El Athletic tiene en su mano estar en Europa, pero su juego continua ofreciendo más dudas que certezas. Durante toda la temporada, el caballo de batalla de Ernesto Valverde, que ayer renovaba otra temporada con el club vasco --hasta el 30 de junio del 2016--, ha sido la posición de enganche; Ander Herrera no dejó heredero para ese puesto ya que Beñat fue carne de banquillo en la primera vuelta y Muniain siempre fue utilizado en banda. Las probaturas han sido continuas y no siempre con buenos resultados. Hemos asistido a la pérdida de protagonismo de piezas básicas en la historia reciente del Athletic: una banda derecha de lujo que era patrimonio de Iraola --que hoy se despide del Athletic después de 508 encuentros-- y Susaeta pasó a mejor vida; Iturraspe, pieza angular en el juego de posición, ha estado espeso y fallón, e Ibai Gómez, habitual jugador número 12, tampoco ha participado demasiado.

El Athletic de Valverde se viene organizando en un 4-1-4-1, con pocas ideas en el ataque estático, que se inicia en la portería con Herrerín. En los laterales están De Marcos y Balenciaga, más ofensivos que defensivos. Etxeita es el más firme atrás, un central eficaz al que acompaña el sobrevalorado Laporte, con calidad en su zurda y rapidez, aunque su toma de decisiones no siempre es correcta. San José, un central lento en giros y espacios abiertos, está rindiendo mejor como mediocentro, mientras que el organizador ofensivo es Beñat, el más fresco y lúcido en este tramo final. Mikel Rico, volante central, juega ahora escorado a banda derecha con tendencia a transitar terrenos interiores despejando la banda para las subidas de De Marcos.

Alternan posiciones Williams, velocista que aún tiene que encontrar la pausa en los metros finales, y Viguera. Aduriz, colgado de las alturas, al límite en las disputas físicas, ofreciendo lujos con el balón a ras de suelo y tirando desmarques de ruptura es hoy en día más de medio Athletic. H