3DE SALIDA, pareció que era el visitante el que intentaba proponer más y que el local esperaba acontecimientos. Los dos se organizaban en un 4-4-2, habitual en el Villarreal y más novedoso en el Athletic.

3BIEN ASENTADO el Submarino, lucía sólido, manifestando una buena ocupación de espacios. Con la pelota jugaba alegre y desinhibido, combinando con cierta alegría.

3AL ATHLETIC le costaba más asociarse, ya que su juego interior era algo espeso, así que la mejor vía de llegada eran los centros laterales o diagonales, bien defendidos en todo momento al igual que las segundas jugadas. No incomodaba a Juan Carlos.

3A LA BUENA imagen de los de Marcelino, con Bruno como principal eje le faltó contundencia en ataque; el mediocampo conectaba una y otra vez con apoyos de Gerard o Campbell, los hombres de banda se desplegaban ofreciendo amplitud, pero faltaba remate.

3DE REPENTE, una jugada cambió el panorama: en un balón colgado al área amarilla, fue raro el despeje, la forma de irse al suelo de Jokic, la caída de Aduriz y la decisión del trencilla; el 9 rojiblanco ejecutó el penalti y, a renglón seguido, el Villarreal se fue con todo arriba, perdió la pelota y quedó a merced del contragolpe local, conducido admirablemente por Aduriz y finiquitado por Iraola.

3PARA REMATAR la época dolorosa, en una falta poco creíble Beñat la puso en la escuadra. Con un rotundo 3-0 encajado en pocos minutos, el Submarino no se salió de su libreto original y su aseada propuesta; dominó, se fue más arriba, pero sin pólvora.

3QUISO Y no pudo en la reanudación, pisando área rival con asiduidad pero exhibiendo la misma falta de pegada. Al Athletic le bastó con dar unos pasos atrás y esperar que llegara su momento. Y llegó.

3VOLVIÓ A DESPLEGARSE y Aduriz se mostró nuevamente demoledor, superando a sus marcadores para anotar un gol de altísima calidad. Un tanto anecdótico porque el partido se había agotado.

3Y POCO MÁS porque el resto del partido era un trámite intrascendente; en el juego no hubo tantas diferencias como reflejó el marcador, pero el Villarreal se pasó 90 minutos arañando como un tierno minino; el Athletic golpeó con un mazo cada vez que llegó. H