España ha estado extraordinaria de nuevo, después de un paréntesis y un inicio irregular, que daba crédito ficticio a los oportunistas de siempre. Lo han vuelto a conseguir y hay que saber valorar la importancia y dificultad del reto.

Personalidad, carácter, firmeza, normalidad y trabajo han sido los valores de un grupo liderado por Pau Gasol y dirigido por un cuerpo técnico excelente. Todo ello lo han mostrado en la final ante Lituania para volver a coronarse campeones de Europa.

Tras lo sucedido en el pasado Mundial, ha vuelto la mejor versión de España y han sido dueños de su propio destino. Esta generación todavía puede dar más alegrías. H