Castellón solo ha podido presumir una temporada de ser la única provincia y también ciudad de toda España con dos equipos en la máxima categoría del voleibol nacional. Una verdadera lástima si se tiene en cuenta el gran esfuerzo que ha realizado durante toda la competición L’Illa-Grau por mantenerse en la élite.

Pero el club que preside Raúl Alfaro no ha podido sobreponerse a las muchas adversidades que se ha encontrado esta temporada, porque no tengo ninguna duda de que han intentando por todos los medios superarlas. La trayectoria en Superliga avala a la junta directiva y al trabajo que desde hace casi una década realiza Carlos Cavalli desde el banquillo.

De lo que estoy seguro es que tras consumarse el descenso, a falta de dos jornadas para la conclusión de la temporada, L’Illa-Grau no bajará los brazos y tratará de terminar de la forma más digna. Y también tengo claro que una vez finalice la competición comenzarán a trabajar para regresar lo antes posible a una categoría en la que ya se habían hecho un hueco en la que por momentos se habían codeado con los mejores.

Si las opciones de L’Illa-Grau se han agotado, a la provincia le queda todavía una bala. Se trata del Club Voleibol Mediterráneo, que está luchando por no acompañar al otro equipo grauero en el descenso. Su último triunfo le ha permitido abandonar el penúltimo lugar, adelantando de golpe a tres rivales. Ahora, los de Santi López dependen de ellos mismos para continuar en la élite. H