El Villarreal está a tan solo 90 minutos, media hora más si al final del encuentro el marcador del BayArena reflejara un 2-0, de dar continuidad al sueño de plantarse en su primera final de una competición importante. Los de Marcelino viajaron ayer a Alemania con las maletas cargadas de ilusión y un único objetivo en mente, el de volver a disputar unos cuartos de final en Europa, algo que el club que preside Fernando Roig ya ha conseguido en otras cinco ocasiones. Hoy va a por la sexta.

Los amarillos son unos habituales en la antepenúltima ronda de los torneos auspiciados por la UEFA. Mañana esperan estar de nuevo en el sorteo de esa ronda, a partir de las 13.00 horas, en Nyón. El Villarreal ya estuvo en cuartos de las Champions 2005/06 y 2008/09; de la Copa de la UEFA 2003/04 y 2004/05; y en los de la Europa League 2010/11. Esta tarde (19.00 horas, BeIN Sports) defenderá ante el Bayer Leverkusen el doblete de Cédric Bakambu en el Madrigal, hace siete días, una renta que puede ser suficiente si los amarillos consiguen resistir la esperada salida en tromba de los jugadores alemanes, a los que no les queda otra que jugársela al ataque, nada nuevo, por otra parte, para los de Roger Schmidt.

UN CAMBIO OBLIGADO // El Submarino intentará refrendar su presencia por sexta vez en unos cuartos de final sin guardarse nada ante la visita del Barça en la Liga, solo 72 horas más tarde. Eso sí, el once groguet tendrá una variación importantísima con respecto al del resto de la temporada sin la presencia de Alphonse Areola. A partir de ahí, Marcelino tiene la intención de volver a salir con todo para dar otro paso de gigante en Europa.

Los amarillos volaron ayer hacia Colonia --la ciudad donde estarán concentrados hasta la hora del encuentro--, además de con la más que razonable duda de Areola, con especial atención a dos de sus jugadores de ataque. Leo Baptistao y Bakambu salieron de Vila-real con la gripe como compañera de viaje, pero, tras lo visto en el entrenamiento vespertino en el BayArena, en condiciones de buscar goles tranquilizadores para cerrar la eliminatoria. El hispano-brasileño ya está completamente restablecido; el franco-congoleño apurará las últimas horas para superar las pequeñas molestias del resfriado que aún notaba a última hora de ayer.

Los planes de Marcelino para salir indemne del BayArena no pasan por basar el éxito en aguantar atrás, aunque si el equipo recupera la solidez perdida en la última visita al Sánchez Pizjuán habrá dado un paso muy importante para noquear al Leverkusen. La idea es no dar opción a que los alemanes se crean con posibilidades de darle la vuelta a la eliminatoria. “Vamos con la intención de ir a sentenciar la eliminatoria. Buscaremos un gol lo antes posible, porque si lo conseguimos será muy difícil que nos puedan hacer cuatro goles”, apuntaba Samu Castillejo, una de las armas con las que cuenta Marcelino para sorprender a base de velocidad el, presumiblemente, arriesgado planteamiento local, que además tiene el hándicap de las importantes bajas defensivas, como la del lesionado Toprak o el sancionado Jedvaj.

Al lado de los jugadores de Marcelino estarán unos cuantos centenares de fieles aficionados groguets que confían en ver a los suyos celebrando otro éxito en Leverkusen, como el de hace poco más de un lustro (2-3) en el mismo escenario de hoy y en la misma ronda de la Europa League. Por aquellos lares ya saben cómo se las gasta el Submarino. H