Cualquier día llegará la trágica noticia y a nadie le sorprenderá. Paul Gascoigne (Gateshead, 27 de mayo de 1967), el fantástico jugador inglés de los años 80 y 90, va de mal en peor en su lucha contra el alcohol. Cuando parece que empiece a levantar cabeza, siempre llega un batacazo.

Llevaba desde enero en un centro de salud para desintoxicarse (lo ha intentado muchas veces en los últimos años), pero unas imágenes reveladas en exclusiva por el diario 'The Sun' han vuelto a encender las alarmas.

El exinternacional inglés fue visto deambulando por las calles con la cara ensangrentada y varias heridas en la frente, la nariz y el labio, según explica el rotativo británico. Gascoigne iba dando tumbos junto a un taxi con una botella de ginebra en la mano. Le costaba mantener el equilibrio y se le caían los pantalones, relata 'The Sun'.

LLAMADA A LA POLICÍA

Los vecinos llamaron a la policía, pero cuando llegaron los agentes ya no estaba en esa ubicación. Poco después lo encontraron en otro lugar y lo acompañaron a su domicilio. Dos horas más tarde fue llevado en una patrulla al hospital. Se trata de un episodio más en la turbulenta trayectoria de Gascoigne, que llegó a confesar haber consumido hasta cuatro botellas de whisky y 16 rayas de cocaína por día.

El excentrocampista llegó a consumir cuatro botellas de whisky y 16 rayas de cocaína por día

El antiguo centrocampista del Tottenham y el Newcastle, entre otros clubs, cumplirá 49 años en mayo. Hace dos semanas, el exjugador presumió de llevar un año sin problemas con el alcohol, pero las imágenes denotan una nueva recaída.

"CINCO MESES SECO"

"Sabía que las cosas habían empezado a ir mal la semana pasada. Sé que algo pasa cuando no tengo noticias de él", dijo Gary Mabbutt, su excompañero en el Tottenham. "Paul estaba pasando por una temporada muy buena. Fuimos capaces de dejarlo seco durante los últimos cinco meses. Fue uno de los tiempos más largos, un fantástico hechizo, pero aún queda mucho", añadió.

Después de decenas de episodios marcados por sus excesos si Gascoigne sigue vivo es casi un milagro. El exjugador sigue el camino de otras leyendas del balón como George Best, Garrincha y Sócrates, que acabaron perdiendo la batalla contra la bebida.