No hay ni un solo día sin viento en la bucólica isla de Ré. Aquí hay muchos días en un mismo día. El tiempo es una verdadera lotería. De pronto luce un sol espectacular; luego se apaga el cielo, llueve --suele ser al mediodía-- y, de nuevo, el viento. El clima atlántico sacude esta isla donde la selección de España lleva 15 días, viajando por toda Francia (Toulouse, Niza y Burdeos) en una montaña rusa que le ha llevado de la euforia inicial a los caóticos 20 minutos ante Croacia que le han colocado en el lado oscuro de la Eurocopa, con Italia agazapada.

Se mueve todo en Saint Martín de Ré, excepto Vicente del Bosque. Tranquilo, con “temple”, esa fue su palabra, acostumbrado a soportar todo tipo de vientos y tempestades. Sentado en una diminuta sala, vestido con el chándal oficial de la selección nacional, aguardaba el seleccionador español su encuentro con EL PERIÓDICO. Recostado sobre la silla, sin mirar en ningún momento el reloj, como si tuviera toda la mañana para hablar de su pasión, el fútbol.

-¿Le ha dado muchas vueltas a ese final fatídico ante Croacia? En un momento, el camino de la selección española cambió bruscamente y ahora todo parece muy cuesta arriba.

--Claro que le he dado vueltas. Y muchas. Sobre todo a una mala gestión de esos minutos finales. No quiero hablar de errores individuales sino de una mala gestión en general. Teníamos que ser más precavidos, más cautos. Pero hecho este análisis hay que mirar hacia adelante. Ya no quiero mirar más hacia atrás. Si no quise regodearme en lo que hicimos bien en los dos primeros partidos ni en el primer tiempo con Croacia tampoco quiero hacerlo ahora en lo malo. No quiero amargarme. Eso no conduce a nada. Estamos en plena competición. Y la competición nos pide prepararnos para Italia. Ni con mucha satisfacción ni tampoco con mucha depresión.

-¿Hay derrotas saludables?

--Sí, sin duda. Es puro fútbol. Ante Croacia, nosotros hicimos cosas buenas. Claro que sí. Pero también tuvimos esa falta de gestión en los minutos finales que todo equipo grande debe tener. Y más un equipo avezado y experto como es el nuestro.

-¿Cómo se gestiona ese golpe?

--Si ganas, no puedes quedarte parado. No debes estar demasiado eufórico. Ni en la derrota tampoco debes estar demasiado triste porque son cosas que no te conducen a nada. Ahora, toca Italia. Pues a pensar solo en Italia. Además, haciendo una cosa u otra, estamos donde queríamos estar, en octavos, es un objetivo mínimo. Es el camino marcado.

-Pero para empezar, lo primero que aparece en este camino es nada menos que Italia.

--Italia es un equipo muy singular. Tan singular como que se ocupa mucho de las dos áreas, pero poco del centro del campo. Es, quizá, una simplificación muy grande. Pero así veo yo a Italia. Quizá es hasta demasiado exagerada, pero así lo pienso. Están cómodos en su área, no les interesan mucho las zonas intermedias. Independientemente de lo que haga el contrario, Bélgica, Suecia o Irlanda, ellos se mueven así. Te viene, te atraen, te buscan para que vengas a presionarles. Y todo eso es lo que estamos valorando estos días.

-España se defiende a través del balón y ese es siempre su camino. Italia no necesita la pelota para hacer daño a su rival.

--Siempre está la coletilla esa de que los equipos italianos juegan siempre muy bien tácticamente. Yo no sé si es jugar bien tácticamente meterse ahí, dentro del área chica, acumulando muchos hombres. La verdad es que no sé si eso está bien tácticamente. Pero lo que sí es cierto es que son muy difíciles en su área y también fuertes en la contraria. No les interesa el juego del centro del campo, no les interesa elaborar mucho el juego, no les interesa tener el balón.

-¿Cómo se combate eso?

--No me gustaría cambiar mucho porque la experiencia que hemos tenido con ellos tampoco ha sido tan negativa. Además, tampoco veo tan diferente la Italia de Conte a la Italia de Prandelli. Tengo la imagen del primer partido de la Eurocopa del 2012, que acabó en empate a uno. Nos jugaron con Giacherini muy abierto y Maggio. Ahora juega igual con Florenzi y Candreva. Igual, igual. Había tres centrales, luego Rossi y Motta en el centro del campo. No encuentro grandes diferencias entre aquella Italia y esta.

-Pero luego, en la final, España la arrasó con aquel 4-0.

--Sí, pero no quiero hablar de esa final. Me quedo con la imagen del primer partido, donde nos costó mucho. No hablo de la final porque ellos llegaron cansados, encima se lesionó Chiellini durante los primeros minutos. Motta también tuvo problemas físicos. En fin, llegaron con muchas dificultades. Por eso, me quedo con el primer partido, que resultó bastante difícil con Balotelli, Cassano y luego acabó entrando Di Natale. Pero jugaron entonces, más o menos, como están jugando ahora. Se basan mucho en sus tres centrales.

-¿Cómo se juega entonces?

--Ellos nos vendrán a presionar. Seguro. Entonces, tenían mejor salida de juego con Pirlo, que venía atrás, para tener más panorámica. Y le pusimos a Cesc para frenar la salida. Nosotros seguiremos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Tampoco nos ha ido tan mal, ¿no? Salvo esos 20 minutos finales con Croacia.

-Un final que alteró todo.

--Ni me vuelvo loco con las muestras de afecto de los dos primeros días ni tampoco ahora. Sé cómo es esto. Sé que lo que vende aquí es el extremismo, o lo muy bueno o lo muy malo. No es ninguna crítica, es una realidad. Todo era muy bueno al inicio; ahora todo es muy malo. Hay que tener temple. No es cuestión de luchar para convencer a nadie. Esto es fútbol, lo entiendo perfectamente.

- ¿Eso le afecta?

--Yo soy muy tozudo en algunas cosas, pero al mismo tiempo soy bastante flexible. Si alguien me demuestra que alguna de las cosas que dice tiene una cierta coherencia pues no soy tan tonto como para despreciarlas. Pero, en algunas cosas, soy muy tozudo. Y, sobre todo, firme en las ideas. Pero si hay alguna cosa mejorable, debemos ser flexibles y estudiarla. Ahora, por ejemplo, se dice que si estamos cansados. Buscan el debate en este aspecto, rebuscando en alguna causa cuando no se encuentra una causa absoluta. Y es que no hay una causa absoluta. H