Como si fuera una fuente inagotable de arte ciclista sobre una bicicleta, desde febrero hasta octubre (este año, septiembre, porque le dio por disputar las tres grandes --tercero, sexto y 12º--) y, por ahora, sin fecha de caducidad, al menos hasta los 39 años. Así es Alejandro Valverde quien este jueves ha renovado oficialmente su contrato con el conjunto Movistar por dos años más. Cuando finalice la temporada 2019, camino de la cuarentena, será el momento de decidir su futuro ciclista que, por ahora, contempla 97 victorias, 74 de ellas vestido con el uniforme del conjunto de Telefónica.

Valverde es único en su especie. Ha ganado una Vuelta (2009) y ha sido podio del Tour (2015) y del Giro, en su debut, este año. Ha inscrito su nombre en la mayoría de carreras de una semana que ha disputado y en grandes clásicas, Lieja-Bastoña-Lieja y Flecha Valona. Valverde y sus asesores llevaban semanas tratando con Eusebio Unzué, mánager del Movistar, la ampliación del contrato. Simplemente eran conversaciones, nunca discusiones, porque él quería seguir y Unzué no deseaba perderlo. En la larga historia del equipo ahora denominado Movistar y que empezó como Reynolds para convertirse después en Banesto, solo Miguel Induráin supera a Valverde en número de victorias.

TÍPICA TEMPORADA 2017

En septiembre, en la jornada de descanso de Gijón, se le preguntó a Valverde si en el 2017 se plantearía otra vez disputar Giro, Tour y Vuelta. "Ni loco", contestó entonces. El próximo año se plantea como una temporada típica para él, corriendo carreras de una semana, antes de afrontar las Ardenas, la señal para el descanso primaveral antes de regresar, en junio, con la mirada puesta en el Tour, al lado de Nairo Quintana, y sin olvidar la Vuelta, como antesala del Mundial. Este año Valverde renunció a correr en Doha, porque el campeonato era plano y sin ninguna opción para él. Por ahora hay Valverde hasta los 39 años. Y puntos suspensivos.