Que la ciudad de Castellón cuente con dos equipos de voleibol en la élite no es lo normal. De hecho, no existe otro caso como este en toda la geografía nacional. La pasada temporada, el CV Mediterráneo y el UBE L’Illa Grau coexistieron en la máxima categoría, pero los segundos descendieron y los primeros se salvaron con apuros. En esta última campaña, se ha invertido el rol de quién sonríe y quién llora, pues mientras el CV Mediterráneo confirmó el sábado su descenso de Superliga, el L’Illa Grau está a cuatro puntos de consumar su regreso a lo más alto tras ganar los dos primeros partidos en la fase de ascenso.

Desde fuera, parecería lógico que ambos equipos se fusionaran, pero no hace falta indagar mucho para comprobar que la unión aquí no hace la fuerza, que uno, en este caso en concreto, no sería mejor que dos.

Por lo menos, esa es la teoría que defienden los presidentes de ambos equipos. Santi López, por el CV Mediterráneo, asegura lo siguiente al respecto: «Este año solo hemos estado nosotros en Superliga, pero desde las instituciones no se ha apostado por darnos más, así que esa hipótesis ni se baraja por parte de ningún club». El presidente del equipo recién descendido confirma que el futuro de la entidad «pasa por conseguir el patrocinio de varias empresas», y no por estrechar lazos con la competencia: «En lo único que prosperaríamos es en la cantera, ya que nosotros contamos con unos 400 jugadores contando los 250 de las escuelas, y el L’Illa también maneja una cifra importante».

Más de lo mismo opina Raúl Alfaro desde el UBE L’Illa Grau. Así lo argumenta el presidente de un club que está muy cerca de consumar su regreso a la máxima categoría: «Es algo impensable. En primer lugar por la manera de trabajar de cada club. Ellos son un equipo unipersonal, se hace lo que Santi diga, y nosotros apostamos por repartir los ingresos y tener ocho entrenadores que como mucho dirigen dos equipos para beneficio de los jugadores».

Añade también Alfaro que en caso de una fusión, el número de jugadores en la base podría verse incluso mermado: «Nosotros en el club somos 120 jugadores y tenemos 12 equipos. No creo que si nos juntáramos fuéramos más fuertes porque cuando Santi ha estado en nuestro club el número de equipos era menor».

De hecho, el presidente del L’Illa incide en que «la variedad de clubs ha venido bien a Castellón, que ha triplicado el número de jugadores». Coincide además con su homólogo en el CV Mediterráneo en el aspecto de las subvenciones: «Ahí no tendríamos ninguna ventaja».

Lo cierto es que ambos clubs manejan presupuestos similares. Mientras los de Santi López han contado este último año con unos 200.000 euros que no han permitido asegurar la permanencia, el L’Illa presenta un balance de unos 240.000 euros: «Casi no lo bajamos pese a bajar, pero se han asumido un poco de pérdidas para apostar por subir».

Alfaro confía que si el equipo vuelve a Superliga «se puedan sumar patrocinadores», al tiempo que es optimista en materia deportiva: «Nos quedan cuatro partidos y tenemos que sumar cuatro puntos más».

No tan satisfecho está Santi López después de bajar a la segunda categoría: «Manejamos un presupuesto muy flojo y el nivel de la categoría ha subido. En enero trajimos un venezolano y un brasileño, pero no ha sido suficiente para la reacción». El Mediterráneo afronta ahora, según su presidente, «un año o dos de transición».