El filial del Villarreal tiene claro cuál es su principal cometido: la formación de jugadoras y poco a poco ir creciendo para que, cuando den el salto al primer equipo, tengan las mayores vivencias posibles. En el Villarreal B se trabaja para que las jugadoras amplíen aprendizajes; no en vano, llegan de edad cadete hacia una categoría como la Segunda División.

El objetivo del equipo está muy definido en todo momento, no se mira más allá del trabajo semanal, pero no enfocado a ganar el partido, sino que se busca un aprendizaje obtenido en los entrenamientos, además del añadido en los partidos. El equipo de Javier Soriano, técnico de la escuadra amarilla, no supedita que para ganar un partido se deje de lado la formación de jugadoras, que es para lo que trabaja el segundo equipo vila-realense.

‘Puente’ clave // El entrenador Javier Soriano está vinculado a la escuela amarilla desde hace mucho tiempo, no obstante, se trata de la segunda temporada al frente del equipo. El Villarreal B es el nexo de unión entre el fútbol 8 y el fútbol de élite, donde está instalado el primer equipo, de ahí que un gran porcentaje de futbolistas son nuevas y proceden del cadete, con lo que se trata de chicas muy jóvenes: las más veteranas tienen 22 años y la media de edad es de 17 primaveras.

Con ellas se pretende que aprendan a afrontar situaciones alejadas de una cierta zona de confort que poco a poco irán reconociendo y superando.

La pasada temporada el Villarreal B cerró la competición en tercera plaza con 46 puntos, además, más allá del gran nivel competitivo mostrado durante el ejercicio, hasta cinco jugadoras consiguieron promocionar al primer equipo. Además, esta progresión no cesa, pues en el actual curso un total de once futbolistas han conseguido tener minutos en Segunda División. Este es precisamente el camino a seguir y reconoce el gran trabajo realizado.

En cuanto al estilo de juego, el Villarreal busca ser protagonista con el balón y mantener la posesión del mismo durante el mayor tiempo posible, ello se debe a que las amarillas se sienten muy cómodas cuando lo tienen; sin ir más lejos, es el sello y marca de la escuela amarilla.

Sin embargo, no siempre es fácil dominar al rival desde la posesión del balón, lo cierto es que se trabaja para conseguirlo y que las jugadoras llegan totalmente aclimatadas en este estilo al primer equipo. El filial femenino del Vilarreal llega a la recta final del curso futbolístico instalado en la novena posición en la tabla con 27 unidades en su casillero.