La primera de Albert Ramos o la décima de Rafael Nadal. Todo o nada sobre el tapete rojo de Montecarlo. Y el pleno, no podía ser de otra forma, se lo llevó el exnúmero 1 mundial. Jugaba en su jardín y no dejó perder la oportunidad de morder su décimo título en el Country Club al imponerse tras un recital por 6-1 y 6-3.

Primer 10 para una temporada en la que Nadal busca un triplete en tierra único en la historia del tenis mundial. El primer examen lo ha firmado con un sobresaliente para conquistar, además, el 29º Masters 1.000 de su carrera y batir el récord de títulos en tierra con 50, superando al argentino Guillermo Vilas.

En media hora Nadal se apuntó el primer set de la final ante un Ramos que solo ganó un juego. El tenista de Mataró, 24 del mundo y que llegaba a la final tras eliminar al número 1 del planeta, Andy Murray, no encontró la fórmula y pagó la novatada de su primera final de un Masters 1.000.

Sobre la pista pronto se vio demasiada diferencia. Nadal imponía su juego sólido y le obligaba a un ritmo que Ramos no pudo seguir. La final no tuvo la emotividad que se merecía en éxito así. En 76 minutos Nadal la decidió y Ramos lo sufrió y aceptó la lección con una resignación que, seguramente, ya tenía antes de saltar a la central.