El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, se sentará en el banquillo por un delito de corrupción entre particulares después de que la Audiencia Nacional haya confirmado su procesamiento por irregularidades en el fichaje del delantero Neymar.

En un auto, la sección cuarta de la Sala de lo Penal rechaza el recurso de la defensa de Bartomeu contra su procesamiento, al entender que sí hay indicios de que cometiera ese delito porque los acuerdos en 2011 entre el Barça y Neymar para ficharle desde el Santos alteraron «el libre mercado de fichajes de futbolistas, al impedir que el jugador entrase en el mercado conforme a las reglas de la libre competencia».

La participación de Bartomeu en esta operación fue «nítida», dice la sala, porque ostentaba en ese momento la vicepresidencia del Barcelona y tenía «responsabilidades directivas en el ámbito deportivo» al mismo nivel que el entonces presidente, Sandro Rosell, «participando ambos» en los contratos supuestamente fraudulentos de 2011 para negociar el traspaso, que se realizó en 2014.

Ni Bartomeu ni Rosell, también procesado, informaron de estos acuerdos a la junta directiva del Barça, ni al Santos ni al fondo DIS, que es el impulsor de la querella y resultó perjudicado por la operación porque tenía en ese momento el 40 % de los derechos federativos de Neymar.