El Real Madrid jugó con fuego ante el Valencia, y firmó un duelo marcado por la desidia de sus jugadores, más pendientes del encuentro de Champions ante el Atlético, y ganó 2-1 con un tanto de Marcelo que iluminó una tarde peligrosa en la que el conjunto blanco salió con vida gracias a la épica. El Valencia salió con la idea de sorprender al Madrid en algún contragolpe o en cualquier error, como se demostró en los primeros segundos del choque, cuando Sergio Ramos no calculó bien un despeje y, Santi Mina, en un mano a mano, chocó primero con Keylor Navas y después con el palo.

En la primera parte, el Madrid mostró algún brote verde, sobre todo en las botas de Modric, que parece que vuelve a su ser poco a poco. También sobresalió Carvajal, inmenso por la banda derecha. Sin embargo, Benzema no está bien. Salvo algún detalle en el segundo acto, apenas aportó nada. Pero tampoco brilló James, que tenía una oportunidad de dar un golpe encima de la mesa y acabó sustituido por Asensio.

Con esas luces y esas sombras, el Madrid tuvo que cocer a fuego lento el gol de Cristiano, que tardó en llegar exactamente 27 minutos. El portugués, de nuevo al primer toque, a lo Hugo Sánchez y de cabeza tras un gran centro de Carvajal desde la banda derecha, abrió el marcador para acabar con la tela de araña tejida por el Valencia de Voro.

Después del tanto de Cristiano, el atasco continuó e irremediablemente, sin noticias en las áreas, se llegó a un descanso que iluminó durante un instante a Benzema, que en los primeros minutos de la reanudación lanzó un precioso disparo que acabó en el palo de la portería de Alves.

FINAL DE INFARTO // Esa oportunidad precedió al penalti cometido por Parejo sobre Modric que se encargó de detener Alves. El meta brasileño intimidó a Cristiano pese a los intentos de varios jugadores del Madrid que no lograron que se acercara al portugués para ponerle nervioso.

Había que matar el partido y Zidane quiso dar oxígeno e ideas a los suyos. Pero éstas no llegaron, el Madrid vivió al borde del precipicio y se cayó por él con un golazo de Parejo de falta a siete minutos del final. Entonces, de repente, por arte de magia, esa falta de ritmo ausente durante casi todo el duelo emergió en el Real Madrid, que subió sus revoluciones para conseguir la victoria con un gol de Marcelo cuando el tiempo se acababa. El brasileño se erigió como el héroe de un día en el que el Real Madrid sumó tres puntos importantes para seguir luchando por la Liga.