Àngel Dealbert es un valiente. «Ni que lo digas», te responde. Tanto él como Pablo Hernández y el nuevo presidente, Vicente Montesinos. Lo son porque ellos son de aquí, y han sido de los pocos castellonenses que han tenido la osadía —o insensatez— de meterse de lleno en una lucha que será larga y dura, cuya meta es salvar al CD Castellón.

Tanto el de Benlloch como Pablo, futbolistas profesionales en activo, han dado la cara y se rascarán el bolsillo para intentar evitar la disolución y, a su vez, que la entidad vaya hacia arriba.

Por el momento, la llegada del grupo en el que también está inmerso Jordi Bruixola ha supuesto una dosis de aire fresco y de ilusión a una masa social que había sido muchos años maltratada por el anterior consejero delegado y presidente, David Cruz.

Una circunstancia que Dealbert no oculta. «La gente ilusionada, nosotros vemos que la afición está con nosotros y estoy convencido de que será así», explica, y añade que ellos asumen su cuota: «Ahora nosotros también tenemos que responder con hechos, es lo más importante».

Mucho por hacer

Para el de Benlloch, queda mucho camino por recorrer en clave albinegra. «Ver a la gente así, ilusionada, con ganas de… igual de ganas que nosotros, de progresar, de mejorar. Hay mucho trabajo por cumplir y será muy duro, pero nosotros pasito a pasito e intentando hacer las cosas con transparencia y con humildad. Sinceramente creo que podemos conseguir cosas importantes», reconoce.

El ya exfutbolista del Lugo —está buscando equipo—, quiere que la gente se implique: «Que la gente se hagan igual que Pablo y yo, centuriones. Es lo que nosotros queremos». «Ya lo dije desde un principio, debemos ir todos de la mano, el club lo necesita, es la única realidad», confiesa un Dealbert que tiene las ideas claras: «Nosotros hemos dado un paso importante. Sabíamos cómo estaba la situación y ahora necesitamos del apoyo de todo el mundo».

El defensa central es optimista. «Estoy seguro de que será así y conseguiremos muchos abonados. No a lo mejor la gente que estaba los años de Segunda División A, pero por lo menos ver mucha afición en Castalia, que Castalia se lo merece y esperemos que sea así», arguye.

Sobre la planificación de la plantilla es realista: «Hay que entender que entras en un club donde está todo muy liado y primero tenemos que solucionar a los jugadores que están en la plantilla, en eso están Frank Castelló y Jordi Bruixola. Nosotros estamos al tanto de todo, por supuesto. Y vamos a intentar crear la mejor plantilla posible dentro de nuestras posibilidades, sabiendo que jugar en Castellón no es jugar en cualquier otro sitio».

¿Y Dealbert? ¿Podría vestir de albinegro? «Es complicado. Es muy difícil que yo pueda quedarme aquí, pero no cierro las puertas. Yo estoy valorando muchas cosas y si veo que no hay nada que me motive o me ilusione, por supuesto que vendré aquí a jugar, lo tengo clarísimo, pero para subir al equipo», concluye.