Si sus partidos durasen 10 o 15 minutos menos, sería líder. Pero como son de 90 (o más), el Castellón se tiene que conformar con llegar al parón liguero en la cuarta plaza, a dos puntos del Atlético Levante y Eldense que, curiosamente, son su próximo y su último rival. Una posición que, con toda seguridad, perderá el domingo, entre otras cosas por su permeabilidad en los instantes finales de los encuentros.

El Castellón resolvió la victoria frente al Buñol a partir del minuto 80 (del 1-1 al 3-1), pero vio cómo el Almazora le ganaba en el descuento en Castalia (0-1) y, en las últimas tres salidas ha sufrido en los desenlaces de los encuentros, perdiendo la ventaja adquirida: Crevillente (2-2, tras remontar el tanto de los locales), Roda (1-1) y Eldense (1-1).

El balance, por lo tanto, dice que son dos puntos ganados y siete perdidos, con un saldo de -5 (negativo) cuando el cronómetro sobrepasa el minuto 80. Cinco puntos con los que ahora contemplaría al resto de participantes desde lo más alto del grupo y no desde el filo de la zona de play-off, a expensas de perder terreno este fin de semana, tras el engorroso descanso para equipararse a Eldense, La Nucía, Orihuela o Roda que, de los 10 primeros, ya han pasado por ese trance.

RADIOGRAFÍA DE UNA JUGADA

El miércoles, en el Pepico Amat, el Castellón se defendía con uñas y dientes de las embestidas finales del Eldense. Hasta que, en el minuto 91, un saque de banda al corazón del área, una prolongación y un centro permitieron que Murci neutralizara el tanto de David Cubillas. El delantero verbalizaba esa sensación, ya repetida en demasiadas ocasiones en los primeros nueve partidos del Castellón (prácticamente, la mitad), en el mismo campo del Vinalopó: «Es una pena, pero lo tenemos que mirar ya, porque ya nos ha pasado varias veces».

UNA LARGUÍSIMA DESCONEXIÓN

Para Cubillas, «no nos queda otra que agachar las orejas, seguir trabajando y mirar hacia adelante». Ahora tienen 11 días para meditar, pues no volverán a jugar hasta el día 21 o 22 de este mes, al recibir en Castalia al que ahora, aunque por diferencia de goles, ostenta el mando clasificatorio. Ese privilegiado puesto que el Castellón ha dejado escapar debido a su mala gestión de los minutos finales, que amenazan con convertirse en un síndrome.