Juande Mateu me sacaba el cortavientos de la camel, lo abría y me lo ponía cual futbolista que acaba de ser sustituido, como si fuese mi asistente en carrera. Él fue uno de los 16 miembros del CA Running Castelló que ayer realizamos la segunda mitad de la Marató i Mitja Castelló-Penyagolosa, los 28 kilómetros finales de la MiM, que este año también ha modificado su trazado en la parte final.

En ese momento, el del cortavientos, estábamos en el Pla de la Creu, finalizada la subida al Marinet. El frío calaba por todas partes y en la Banyadera alcanzamos el punto más alto, a 1.503 metros de altura. Y de ahí a Sant Joan de Penyagolosa, esa ermita donde se ubica la mítica llegada, con alfombra roja incluidaa en plan ceremonia de los Oscars de Hollywood.

Cuatro horas y media, desde les Useres, pasando por los puntos de referencia de Sant Miquel de les Torrecelles y Xodos... entre medio, la Lloma Bernat y la prelloma, esa que tanto se atraganta.

En la ruta, momentos para todo: risas, charlas y mucho agotamiento. Pero Esme e Isma Tena siempre tienen cuerda para animar el ambiente. Hércules Monforte ejercía de sherpa improvisado, asistiendo a Pereti, Ira, Frank, Javi Felip o Laura.

Con todo, lo mejor siempre llega al final, cuando nos esperaban los chófers que acudieron a Sant Joan a recoger a la tropa: Marta, Almu, Sandra, Nando y Jota. Y lo mejor siempre es la comilona. Ese homenaje gastronómico que te repone y te convence para querer volver a repetir esta locura.