La plantilla del Castellón ha elegido la semana del estreno de David Gutiérrez como entrenador para hacer piña en torno a una comida con connotaciones tan futbolísticas como una barbacoa. Los albinegros, apenas 48 horas antes del debut del nuevo técnico, hicieron horas extra en Castalia, escenario, el domingo (18.00 horas), del partido ante el Ebro.

Guti verbalizaba su aterrizaje en el vestuario. «Los he encontrado muy bien, es un grupo humano muy bueno», dijo, antes de mezclar lo deportivo y lo humano. «Ya conocía perfectamente a los futbolistas, pero si hay algún caso que me ha sorprendido, ha sido a mejor, estoy más contento de lo que me esperaba», incidió.

A juicio del preparador de Catarroja, «el equipo ha entrenado incluso demasiado intenso». «Espero que la intensidad de estas primeras semanas podamos mantenerla todo el año. Entrenas como juegas, así que cuando más intenso, mejor», reflejó Guti, que cuenta con las bajas del portero Jesús López y del delantero Alfredo Máyor con vistas a conseguir, en la quinta jornada, el primer triunfo liguero del Castellón.

«Espero que se vea mucho [de mi sello]. En cuatro días hemos organizado ofensiva y defensivamente al equipo con cuatro ideas claras, no hay que embotarles durante esta semana a los jugadores», comentó sobre su fase introductoria. Lógicamente, pistas cero sobre el once, pero sí una postura: «No voy a revolucionarlo todo, porque el equipo ha estado haciendo las cosas bien». «Aportaremos nuestro sello, pero no va a haber una revolución», incidió.

Gutiérrez descartó que, debido a lo prematura de su llegada, su estreno no tenga la presión o exigencia que más adelante, cuando el margen de mejora es menor: «Yo me autoexijo tanto a mí mismo, y al equipo también, que todo lo demás es secundario. Lo que tenemos que hacer es ganar, tenemos armas para hacerlo. La presión la tenemos todos: nuestra ambición es ganar, porque si no ganamos, lo pasamos mal».

Sin embargo, no mira la clasificación. «Si quieres conseguir objetivos importantes, tienes que ganar en casa. Este es un grupo difícil en el que, por estadísticas, es complicado que se den más de dos victorias visitantes seguidas», constató. Su predecesor, Sergi Escobar, le deja el listón alto: ninguna derrota en los 10 meses que ha estado al frente del Castellón.

Respecto a la afición, un mensaje: «Lo que tengo que decirle es que tengo ganas de disfrutarla: más de 13.000 aficionados sin parar de animar..., eso no es una afición propia de Segunda B».