No fue un derbi vistoso, como se preveía. Las urgencias con las que llegaban el Villareal y el Valencia al choque de La Cerámica se dejó notar en los planteamientos de los dos entrenadores del derbi, Javier Calleja y Marcelino García Toral, más preocupados en estos momentos de intentar dotar de mayor seguridad a sus equipos que de explotar las numerosas virtudes ofensivas con las que cuentan en sus plantillas. Los dos últimos resultados negativos de amarillos y valencianistas en Europa no les dejaba margen para un error en una Liga que no ha comenzado con las previsiones iniciales para ninguno de los dos rivales de ayer.

En el Submarino, Calleja parece haber aparcado el rombo con el que inició la competición oficial sine die. La lesión de Cáseres ha mediatizado al técnico madrileño en los últimos partidos, en los que ha tenido que estrujarse el cerebro para enciontrar una solución a la baja del argentino que dé estabilidad a un centro del campo masacrado por las bajas, también sin Bruno ni Javi Fuego y, por lo visto, sin demasiada confianza en el parche que supuso la llegada, ya fuera de mercado, del chileno Manuel Iturra, sin minutos en el derbi de ayer.

Crecer desde la defensa

Calleja prefirió ir a lo seguro, que era la continuidad de un central, Funes Mori, como mediocentro defensivo después de la experiencia positiva ante el Rangers. No le fue mal la apuesta. El Villarreal, con un 4-4-2 clásico, no encontró la manera de hacer daño al Valencia, pero sí se blindó de forma convincente para mantener a resguardo la portería de Asenjo. El técnico madrileño quiere hacer crecer al Villarreal desde la estabilidad defensiva. Lo consiguió —pese a sufrir— una semana antes en Leganés. Ayer, ante un rival de Champions minimizó aún más el peligro sobre su área.

Si el Villarreal no llegaba al derbi sobrado de alegría, mucho menos lo hacía un Valencia para el que no salir derrotado era una obligación para abandonar los puestos de descenso. Como su homólogo en el Submarino, el asturiano refrescó de forma notable su alineación —hasta siete cambios en ambos equipos con respecto a los partidos europeos de mitad de semana—, anteponiendo mantener un buen despliegue físico en sus once protagonistas que en apostar de inicio por jugadores diferenciales como pueden ser Gonçalo Guedes y Batshuayi, que aparecieron en la segunda parte.

Como el técnico del Villarreal, la baja de su hombre fuerte en la medular, Kondogbia, mediatiza los planteamientos de Marcelino, que sin el despliegue del francés ordenó mantener la posición a Parejo y a Soler. Por supuesto, tras la expulsión del primero el Valencia lo fió ya todo a soprender en alguna contra.