El Real Madrid salió vapuleado del Ramón Sánchez Pizjuán (3-0). Los blancos, que salió a jugar conociendo la derrota del Barcelona en Leganés y la opción de ser líderes en solitario simplemente con un empate, firmaron una primera parte nefasta, castigado por el doblete de André Silva y otro tanto de Ben Yedder. Es la cuarta derrota liguera consecutiva de los blancos en Nervión.

Después de haber completado un inicio liguero sin demasiadas exigencias -a pesar de haberse dejado dos puntos en Bilbao-, el Madrid se tomaba le visita al Sevilla como un examen, puesto que se le empina el calendario con vistas al clásico del 26 de octubre, en el Bernabéu. Un mes para certificar, en Liga y Champions, que Zidane y Cristiano Ronaldo son pasado, que los blancos pueden reeditar los éxitos con el nuevo proyecto. La nota, más que un suspenso, fue un muy deficiente.

Marcelo hizo aguas y, en un visto y no visto, André Silva, ya había puesto el 2-0. Con el 3-0, obra de Ben Yedder antes del descanso, había que frotarse los ojos. El Sevilla había completado un primer tiempo primoroso.

Lopetegui buscó un imposible moviendo el banquillo. Especialmente llamativo fue el cambio de Benzema, que dejó su sitio a Mariano. Después, el recientemente elegido mejor jugador del mundo, Modric, pagaba tanta celebración con el The Best marchándose del encuentro después de que el VAR no le hubiese concedido el 3-1. Seguramente, el entrenador guipuzcoano ya estaba pensando en el sábado, en el Madrid-Atlético del Bernabéu.

CON 10 // Marcelo se lesionó cuando Lopetegui ya había completado el cupo de sustituciones, lo que terminó de poner la puntilla al desigual duelo, por si no lo estaba ya. Con el marcador y la multiplicación de espacios que dejaban los merengues, el Sevilla fue incapaz de rematar alguno de los muchos contraataques en abrumadora superioridad numérica, pero los nervionenses ya habían disfrutado de un encuentro que tardarán en olvidar: doblegar por 3-0 al vigente campeón de Europa es toda una hazaña.