Será inevitable el recuerdo a Seve Ballesteros cuando hoy se ponga en marcha la Ryder Cup en el Golf National de París, la competición que enfrenta cada dos años a los 12 mejores de Europa y a EEUU sin ningún premio económico en juego, solo el orgullo del continente y en la que el equipo europeo intentará reconquistar el título que perdió hace dos años en la cita de Hazeltine, Minneapolis.

Inevitable porque Seve fue la persona que cambió las reglas del juego, abrió las puertas a los europeos y convirtió una competición que languidecía en uno de los mayores espectáculo deportivos del planeta. Inevitable porque sigue siendo el hombre récord, quien atesora en las nueve ediciones en las que compitió entre 1979 y 1995 un total de 22,5 puntos en 37 partidos, la mitad junto a José María Olazábal, convertida en la pareja más exitosa de Europa.

E inevitable, en fin, porque el espíritu de Seve emerge cada vez que Europa se reúne para competir en la Ryder y su bolsa de capitán, la que utilizó en 1997 en la edición que se celebró en Valderrama, estará presente en el vestuario, con un mensaje inspirador, dejado por el capitán Thomas Bjorn: «Estamos aquí por él. Salid fuera y hacedle sentir orgulloso».

El vasco John Rahm, debutante en esta edición, y Sergio García, en su novena participación, serán los representantes españoles en el equipo europeo y los encargados de aportar toda esa pasión que destilaba Seve en los greens. «Voy a desprender electricidad», aseguraba Rahm, después de ganarse a pulso la clasificación con dos victorias esta temporada y su octava posición en el ránking mundial.

Sergio García, después de un año aciago, afronta su novena Ryder elegido por el capitán, que cree en la fuerza del borriolense. «Es nuestro Seve», dijo Bjorn, cuando lo escogió por delante de otro español, Rafa Cabrera-Bello. «A pesar de que haya sido un año muy duro, estoy muy agradecido de que Thomas (Bjorn) haya confiado en mí. Estoy feliz. La Ryder significa mucho para mí».

Rahm será uno de los cinco debutantes (Fleetwood, Hatton, Noren y Olesen son los otros) en un equipo europeo muy sólido, con nombres como Justin Rose, número uno mundial, Rory McIlroy, Ian Poulter, el ganador del Open Británico Francesco Molinari, pero que no aparece como favorito en las apuestas.

Lazo amarillo por Barquín

Esta edición, en la que los jugadores lucirán un lazo amarillo en memoria de Celia Barquín, la joven golfista española asesinada la pasada semana en Iowa, se presenta como una oportunidad única para el equipo de Estados Unidos de ganar en suelo europeo, donde han perdido en sus cinco últimas visitas.

El equipo que capitanea Jim Furyk acude a esta Ryder con 12 jugadores que han ganado 17 títulos este año y tres de los cuatro Grand Slam y aunque cuenta también con debutantes (Justin Thomas, Bryson Dechambeau, Tony Finau) pasa, para muchos especialistas, por ser el mejor de la historia. Y, además, llega con el factor Tiger Woods: el regreso a la élite del exnúmero uno mundial después de cinco años de travesía por el desierto.