Dos paradas decisivas de Courtois en el primer acto y una de Oblak en el segundo, convirtieron el derbi madrileño en un choque de porteros y sin pegada. El Real Madrid dejó patente que añora un 9 goleador y el Atlético exhibió sin premio sus virtudes de inicio antes de desaparecer.

El derbi se tiñó de rojiblanco en la primera parte. Sin embargo, Bale tuvo la única ocasión clara para el Real Madrid. A balón parado, con pase medido de Kroos al segundo palo, apareció el galés para cruzar su disparo en exceso. No obstante, el dominio era atlético. Después de desesperarse Diego Costa pidiendo el VAR por una mano de Casemiro dentro de su área, apareció para castigar una pérdida de Kroos. Con espacio para correr, tras una nueva carrera de Lemar con pase al espacio. Courtois tapó espacios y salió de nuevo vencedor.

Se hizo el silencio en la grada del Bernabéu al no ver a Bale salir del vestuario tras el descanso. Lejos de acusarlo, el escenario cambió. El Real Madrid se adueñó del balón, comenzó a tocar con criterio y a pisar área rival.

No obstante, la seguridad de Oblak tampoco se puso en duda. Asensio buscó espacios para superarlo donde no existían. Ceballos aportó toda la creación que le faltó a su equipo, apareció la velocidad en la posesión, mejoró el Real Madrid como bloque pero le faltó la pegada de un devorador del gol. En la recta final debutó un desapercibido Vinicius.