No todos los días se pueden recibir consejos de una subcampeona olímpica. Por este motivo el Azahar Sincro ha trabajado por partida doble o cuádruple desde alevín a júnior este pasado fin de semana. Cuatro sesiones de entrenamiento han hecho vivir a sus nadadoras en las piscinas de la Salera y Castalia. La ocasión lo merecía porque la dos veces medallista olímpica Alba Cabello (subcampeona con España en Pekín 2008 en la modalidad de equipo y bronce en Londres 2012 en idéntica categoría) se convertía por unas horas (casi 16) en entrenadora de la entidad castellonense.

“El club me pidió una colaboración para preparar los próximos campeonatos de España con sus equipos y hemos trabajado intensamente estos dos días para mejorar aspectos de todo tipo. Por encima de todo somos educadoras y el objetivo es dar a las nadadoras herramientas, experiencias, trucos y técnica para que puedan utilizarlas en sus competiciones” señalaba Alba Cabello.

La subcampeona olímpica y también campeona del mundo de 2009 en combo, añadía como balance de las jornadas de trabajo que “las nadadoras han aceptado muy bien los consejos, pero lo fundamental ahora para mejorar como club es salir y competir con los clubes de la élite. Nadie debería dudar. Eso siempre es una experiencia satisfactoria. Está claro que el Azahar es un club grande en Castelló y en la Comunitat Valenciana, pero fuera todavía es un auténtico novato”.

La entrenadora madrileña hizo una radiografía inmediata de la entidad castellonense: “Los niveles entre las nadadoras son muy dispares, pero ahí está el mérito de las entrenadoras del club, que intentan día a día equiparar a nadadoras de primer año con nadadoras de último año en cada categoría para formar equipos competitivos. Y parece que lo están consiguiendo”.

Alba Cabello, actualmente directora deportiva de todas las competiciones de natación artística de Cataluña (es entrenadora de la Federació Catalana de Natació), destaca que “las niñas de hoy en día no son como cuando yo empezaba. Este deporte es muy duro, nadie tiene capacidad innata para practicarlo y las jóvenes nadadoras deben asumir más y mejor todavía los valores del esfuerzo”.