Cuando el resultado no es lo más importante y cada partido es una oportunidad única. El prebenjamín F del Villarreal CF está viviendo una temporada de máximo aprendizaje en la que sus jóvenes jugadores están aprendiendo algo básico a la hora de competir: saber que no siempre se puede ganar. En el fútbol base del Villarreal CF lo primordial es formar personas y en el prebenjamín F la calidad humana es brutal.

«Los chavales están aprendiendo muchísimo porque en este club se valora mucho el proceso y el crecimiento individual. Al no tener en cuenta el resultado, este año toda nuestra atención está puesta en que nuestros jugadores crezcan deportivamente y en valores», comenta Manolo Sales, uno de los entrenadores del equipo.

Esa aceptación de la frustración hace grandes a estos chicos, que luchan en cada partido codo con codo dentro del campo. Hace solo unas jornadas, estuvieron a punto de doblegar a su rival cuajando un excelente encuentro ante el Roda C (6-5). En aquella ocasión, los amarillos se quedaron con la miel en los labios gracias a los goles de Jaume Espel, Izan Giménez (3) y del capitán Leo Enguídanos.

«El partido contra el Roda fue una gran fuente de moral. Tuvimos esa sensación de que merecimos un mejor resultado. En la jornada siguiente seguimos en la misma línea ascendente y nos quedamos con ese progreso», asegura Manolo Sales.

Esta semana no ha habido competición, por lo que los chavales ya tienen ganas de que llegue el próximo partido. Eso sí, será contra el líder de la citada categoría: el Orpesa B.

«Hemos aprendido a valorar los pequeños detalles y cuando perdemos redireccionamos el foco atencional. Por ejemplo, cuando los chavales se quejan de que los rivales son mejores, más altos... Nosotros desde el cuerpo técnico les decimos que tenemos otras cosas muy buenas. Hemos aprendido todos a levantarnos tras un gol», dice.

Los jóvenes jugadores no bajan la cabeza y afrontan cada partido con máxima ilusión. El compañerismo está a la orden del día cumpliendo a rajatabla con los valores del deporte. Sin duda, un equipo en mayúsculas, un magnífico ejemplo.