El Villarreal ha tomado la decisión de buscar una solución definitiva al caso Bruno Soriano. Después de dos años ausente de las alineaciones, y también de la práctica diaria del equipo amarillo, el club quiere resolver un tema que ha distorsionado la planificación deportiva, sobre todo durante la temporada que finaliza el sábado en el campo del Getafe.

El caso Bruno tiene dos vertientes diferenciadas y a la vez relacionadas. La primera implica al ámbito económico-contractual, y la segunda apunta a la búsqueda de un jugador de primer nivel que pueda asumir el rol dejado vacante por el de Artana, y que durante el primer año de ausencia suplió sobradamente Rodrigo, luego traspasado al Atlético de Madrid y que puede recalar pronto en el Manchester City (su cláusula es de 70 millones).

INVALIDANTE PARA EL FÚTBOL

La dolencia que sufre Bruno Soriano no es de una gran gravedad, pero sí invalidante para la práctica del fútbol o, para ser más exactos, lo ha venido siendo hasta ahora. El capitán groguet ha estado en varias ocasiones cerca de regresar, pero finalmente las molestias regresaban y su recuperación daba un paso hacia atrás.

El jugador groguet ha visitado las consultas de los más prestigiosos galenos de España, como los doctores Ramón Cugat y Mikel Sánchez entre otros, pero sin encontrar la solución definitiva.

DAR EL PASO

De hecho, la solución, y la decisión, eran muy complicadas para los dirigentes del Villarreal, porque los médicos no se encontraban en la disposición de certificar que Bruno no podría volver a jugar al fútbol. Y, posiblemente, tampoco lo estén ahora, pero después de dos años ha llegado el momento de tomar una determinación definitiva, por lo menos desde el lado de la entidad amarilla.

El primer paso es mover la maquinaría para encontrar un futbolista en el mercado que puede desempeñar las funciones que se esperan de un mediocentro defensivo del perfil del Brujo de Artana. Esta temporada, la secretaría técnica apostó por una solución intermedia, confiando en que Bruno pudiera regresar a lo largo de la campaña.

El fichaje de Santy Cáseres era una apuesta a medio camino, pero el Villarreal necesita con urgencia un centrocampista con capacidad organizativa y que otorgue ese equilibrio defensivo que tanto se ha echado de menos esta temporada. Uno de los grandes problemas de Calleja, entre otros, ha sido esa laguna en la medular. La sombra de Bruno, y luego de la de Rodrigo, ha sido muy alargada, y una de las causas de los malos resultados del Submarino, que le han tenido en puestos de descenso durante muchas jornadas. Esa es la solución referente al ámbito deportivo.

RESOLVER EL CONTRATO

El segundo paso es la resolución contractual, un punto que, ahora mismo, no es lo que más preocupa al presidente. Bruno concluye su compromiso el 30 de junio del 2020. Ambas partes deberían alcanzar un acuerdo tanto para la rescisión como para liberar su ficha federativa. Otra opción podría ser la vinculación de Bruno a la estructura del club en cualquier puesto de su organigrama.

En cualquier caso, y aunque no se pueda afirmar taxativamente que Bruno no puede jugar más al fútbol, el Villarreal ya ha tomado la decisión y busca solución.