El paso que pretende dar Vicente Montesinos es tan arriesgado, como anhelado por una gran mayoría de la afición albinegra. Me contaron que el actual presidente del CD Castellón salió de la notaría de Madrid, donde firmó el acuerdo con José Miguel Garrido para cederle el control del club, con lágrimas en los ojos. Nunca estuvo convencido de aquella decisión, pero se sintió solo. Después de obrar el milagro social, había que sacar adelante los numerosos agujeros económicos que tenía la entidad, pero lo que más preocupaba era la deuda con Hacienda, que apremiaba para desbloquear el club.

Montesinos empezó a sentir esa soledad que da miedo, la misma que padeció también un buen hombre como Toni Bonet y otros presidentes anteriores, porque una cuestión es el sentimiento y otra el bolsillo. Y posiblemente, un minuto después de haber firmado, ya era consciente de que se había equivocado o, mejor dicho, no había elegido bien el modelo de socio ideal para formar un matrimonio, por muy de conveniencia que fuera.

Las chispas empezaron a saltar más pronto de lo esperado porque las discrepancias eran demasiado grandes. Se renovó a Sergi Escobar por mero protocolo, pero Guti ya trabajaba desde el verano para tomar las riendas por orden de Garrido.

Lección de interpretaciones

Luego, todos los protagonistas nos dieron una lección de interpretación digna de varias nominaciones para los Óscars de Holywood, porque era dificil disimular mejor que no se soportaban. Los gritos y los enfados eran habituales en cada reunión de los dos grupos en cada restaurante donde se producía la cita. Alabo el papel de Montesinos, que nunca ha esbozado una mala palabra, y el aguante hasta el final de Dealbert. Más de lo mismo Garrido, aunque él asumía el papel de quien paga, manda.

Necesitaría espacio para un libro para contar mil y una anécdotas. Nunca creí en la fórmula, porque era antinatural. En la planificación deportiva no se podían hacer peor las cosas. Luego, emisión de comunicados surrealistas como el de Muguruza y aquella supuesta salida nocturna antes de un partido con un desmentido oficial y varias situaciones de puertas para adentro de Berlanga. Pero lo que más me preocupaba era el incumplimiento de los compromisos económicos con servicios y proveedores, a pesar de que los jugadores estaban al día.

El modelo de Garrido era una solución y un problema a la vez. Montesinos lo vio claro y empezó a barruntar cómo podría recuperar el ADN de Castellón en la gestión. La respuesta era fácil, devolviéndole a Garrido lo que había puesto y lo que se había derrochado en cambiar media plantilla.

Si se hiciera un referéndum entre el albinegrismo, no tengo dudas: ganaría el modelo con gente de Castellón, porque la afición está escarmentada y ha sufrido que el club estuvo a punto de desaparecer tras la gestión de los Castellnou y Cruz de turno.

Es urgente rescatar al club y Montesinos lo sabe

Montesinos sabe que es urgente rescatar el club y el tiempo corre en contra. Él solo no puede sacar adelante ese proyecto, pero se ha planteado recuperar el control para luego buscar socios de casa. Ahora mismo, no tiene ni voz ni voto, ni firma en las decisiones económicas. Ni tampoco sabe cuál es la derrama real de esta temporada. No ha tomado la decisión definitiva, aunque existe un preacuerdo entre las partes a expensas de detallar las cifras por parte de los auditores.

Insisto, si al final arriesga su patrimonio para salvar un nuevo match ball albinegro, Montesinos necesitará el respaldo no solo de la afición, que ya lo tiene, sino del pulmón financiero y también del institucional.

En caso contrario, el Castellón seguirá agonizando. A partir de ya, el club tiene que empezar a abonar cada mes la amortización del concurso de acreedores, además de la confección de un equipo competitivo para empezar a pelear por los puestos de ascenso, los proyectos de una Ciudad Deportiva y la reforma de Castalia. Montesinos no podrá solo con todo si da el paso.

Yo creo en la gestión y no en el dinero de inversores cuyo modelo es el negocio. No sé si Montesinos es un loco, un suicida o un sentimental, pero si ha demostrado que quiere al Castellón y lleva su veneno en la sangre. No le dejemos solo si decide continuar con su locura. Bendita locura. Y que conste, no tengo nada contra Garrido, porque tampoco ha engañado a nadie. Otra cuestión es que me guste su proyecto. No me gusta nada.

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@josellizarraga