Afortunadamente es cosa sabida que el deporte no entiende de sexo o edad, pero si queda algún despistado que dude sobre esta premisa debe conocer el caso del grupo de Chicas Ciclistas de Castellón, compuesto por un grupo de 84 mujeres con edades comprendidas entre los 16 y los 60 años, que recorren de forma periódica las diferentes carreteras de la provincia.

En pleno siglo XXI quizá no debería ser noticia, pero las propias féminas admiten que hasta la formación de este colectivo «lo normal era que alguna mujer acompañara a un grupo de hombres, no que algún hombre se encontrara con un grupo de mujeres».

Quien lo dice es Kassandra Puerto, una de las fundadoras junto a sus amigas Rosa, que procede de Atzeneta, y Sandra, de Les Coves de Vinromà. «Creamos el grupo entre nosotras tres hace cinco años porque nos presentó un amigo y recuerdo que cuando llegamos a diez mujeres lo celebramos por todo lo alto. No imaginamos nunca rozar el centenar como ahora», admite esta apasionada del deporte, nexo de unión entre todas las componentes: «Antes hacía escalada, barranquismo... pero ahora hago natación, ciclismo y poca cosa más. Este grupo es un estímulo para no parar».

El almuerzo no se perdona

El grupo de Chicas Ciclistas de Castellón está compuesta por un sinfín de profesionales: «Algunas son podólogas, otras dentistas, policías, fisioterapeutas y muchas enfermeras, así que salimos tranquilas si nos caemos», bromea Kassandra. También existen mujeres capaces de emprender rutas de distintos niveles. «Llegamos a hacer tiradas de más de 100 kilómetros y algunas compiten a nivel profesional como Aida Beteta en BTT o Silvia Tirado. Hay mucha pro y es muy divertido porque nos picamos entre nosotras», apostilla Sandra López, otra componente del equipo.

Lo que sí que une a estas féminas, al igual que pasa con buena parte de los grupos ciclistas masculinos, es el almuerzo: «El bocadillo, el carajillo y el cerveceo no lo perdonamos», admite Kassandra, que destaca la motivación que supone "tener una equipación propia".

El grupo suele quedar todas las semanas, pero lo cierto es que nunca han podido coincidir las 84 integrantes: «Todas tenemos nuestras obligaciones, pero al ser tantas siempre hay alguna con la que salir. Incluso se da el caso de alguna enfermera que sale de trabajar y sin dormir ya se monta en la bici», incide Sandra López, a quien una enfermedad le está obligando a levantar el pie del acelerador: «Sufro cáncer colorrectal y al margen de la quimioterapia o radioterapia me practicaron una colostomía, pero el deporte no me lo dejo». Recuerda esta valiente que cuando se le pone algo entre ceja y ceja no hay obstáculo que le detenga: "Quería hacer una marcha BTT y acabé la última. Recuerdo que llegaba cuando estaban quitando la pancarta, pero tenía ese reto y lo conseguí".

No es la única Sandra que sufre esta maldita enfermedad, pues otra compañera sufre el mismo tipo de cáncer, aunque en su caso es aficionada al triatlón. Aprovecha la ocasión esta madre de 45 años para agradecer el respaldo a nivel laboral: "Trabajo en una empresa familiar que me ha dicho que lo primero es superar la enfermedad y que tengo mi puesto asegurado porque son personas antes que jefes, así que en ese sentido estoy tranquila".

Sandra (imagen inferior), que llegó a proclamarse campeona autonómica en piragüismo, entiende que el ejercicio es su mejor tratamiento: «La afición que tenemos es muy grande y queremos que se fomente. Aquí caben todas». De hecho, Kassandra anima a las interesadas a que se pongan en contacto con Chicas Ciclistas a través de los diferentes perfiles en redes sociales, al tiempo que pide concienciación en la carretera: «A veces te lo tienes que pensar porque paso miedo con algún conductor que vuelve de fiesta».