El Castellón ha cogido el gusto a ser el único equipo invictus de toda España. Ante un buen rival, como el Llagostera, los de Óscar Cano no pudieron obtener la victoria en un partido complicado, en el que tuvieron más el balón y generaron ocasiones de gol, pero en el que la peligrosidad a la contra de los catalanes pudo hacer peligrar hasta el empate.

Unas tablas sin goles que deben darse por buenas, dada la dificultad de los gerundenses y de la calidad de su plantilla, aunque volvió a quedar demostrado que a Cubillas le falta acierto rematador y que César Díaz atraviesa un momento en el que está apagado de cara al marco rival.

Curiosamente, el empate, que podría saber a poco, ha convertido al conjunto orellut en el único equipo de categoría profesional, es decir, desde Segunda B hasta Primera División, que todavía no conoce la derrota en Liga, gracias a que el Marbella (2ª B), que era el otro equipo que ostentaba tal distinción, cayó ayer en el Nuevo Vivero ante el Badajoz por 1-0.

Cano había advertido que el rival de turno, el Llagostera, no iba a ser un enemigo sencillo. De hecho, el bloque de Oriol Alcina se presentó en Castalia con mucha personalidad, bien trabajado, con las líneas muy juntas y con especial habilidad para el repliegue tras pérdida o buscar contras.

Los catalanes tenían bien estudiado al conjunto albinegro y le cedieron el balón, esperando las recuperaciones para salir con verticalidad y mucho peligro, como había anunciado precisamente el entrenador orellut en la víspera del encuentro.

El campo se convirtió en un tablero de ajedrez en el que ambos técnicos tuvieron que sacar a relucir su mejor repertorio para intentar desarbolar al contricante.

Y en su medida lo consiguieron. En el bando albinegro, con Carles Salvador como pivote inamovible por delante de la zaga, Calavera, Rubén Díez y Jorge Fernández se erigieron en un tridente ofensivo que por momentos superó al Llagostera. En especial las galopadas con su habitual desequilibrio y finalización de Jorge.

El conquense superaba una y otra vez a sus oponentes y, o bien con asistencias o bien con lanzamientos a portería, sembró el pánico en el área gerundense.

Hasta cuatro ocasiones claras nacieron de sus botas e inteligencia táctica, dos rematadas por Calavera y David Cubillas, o otras dos con latigazos marca de la casa que no fueron gol de milagro… en especial una falta lateral que despejó un defensa cuando se colaba por la escuadra.

El Castellón tenía el balón, dominaba, pero quizá con un fútbol demasiado horizontal, ya que Rubén Díez no encontraba ni a Cubillas ni a César Díaz.

Y en esas despertó el Llagostera, que estaba en el campo. Muy arropadito, defendiendo bien y buscando la contra. Los de Alcina tuvieron tres ocasiones clarísimas en el último cuarto de hora del primer acto que hubieran podido cambiar el devenir del encuentro. La más clara, una que tuvo Kuku Kanteh solo ante Álvaro Campos tras un córner, que mandó el balón a las nubes.

Dos contras más tuvo antes de marcharse al vestuario el combinado catalán, otro tiro de Kuku con parada de Campos y otras acción espectacular del meta albinegro, que evitó el gol rival en un mano a mano de Gil Muntadas.

SIN ACIERTO / En la reanudación se esperaba un Castellón más vertical, algo que le faltó en la primera mitad. Los jugadores albinegros le pusieron intensidad y buscaron el marco de Marcos, y pronto llegaron las ocasiones.

Primero avisaba Rubén Díez, con un lanzamiento desde la frontal que blocó el meta visitante. Y antes de la hora de juego César Díez volvía a aparecer, en un partido de altibajos del Rooney de la Mancha, pero ayer no estaba teniendo la tarde. Primero con un disparo que paró bien abajo Marcos y luego en un mano a mano tras pase de Cubillas cuya ejecución se quedó corta y desbarató el portero rival.

El Llagostera seguía a lo suyo, agazapado atrás y buscando su premio a una lotería que buscó varias veces. En una de ellas casi obtiene el preciado botín, pero el remate de Nahuel se fue fuera cerca de la escuadra de Campos.

CAMBIO DE PIEZAS / Con el Castellón atascado y con amago de pitos en la grada por lo horizontal del juego de su equipo, Cano buscó refrescar a su conjunto. El granadino dio entrada a Raúl Alcaina —apunta muy buenas maneras el joven ‘9’ que luce el ‘2’— por un voluntarioso pero desafortunado Cubillas, así como a Íñigo Muñoz, que suplió a Calavera, que acababa de crear una ocasión que la zaga rival sacó en línea de gol, en un cambio muy ofensivo.

Quedaban diez minutos y el duelo entraba en esa fase en la que no sabes si es mejor ir a por el partido a riesgo de perderlo, o controlarlo y no suicidarse.

LA TUVO ALCAINA / Pero el Castellón lo intentó hasta el final. En especial, la tuvo a falta de tres minutos, con una acción de Raúl Alcaina que, tras girarse, sacó un latigazo que se fue fregando el larguero. El ariete cedido por el Levante UD está llamando a la puerta para disponer de más minutos y ayer demostró ser un atacante con condiciones para ello, como así destacó el propio Óscar Cano tras el encuentro.

Fue el último coletazo de un equipo albinegro que se topó ante un rival muy bien trabajado, incómodo sobre el rectángulo de juego, que apenas le dejó maniobrar en ataque, pero que lo intentó sin suerte. La igualada puede saber a poco, pero el Llagostera también pudo matar a la contra a los de la capital de la Plana.

Los de Cano siguen en lo más alto, líderes del grupo III y dejando ya al primer equipo que está fuera de la zona de play-off, el Barcelona B, a seis puntos.

El Castellón se pasea por España como único invicto en una temporada en la que todo le sigue saliendo rodado.