Después de protagonizar un primer intento, no especialmente exitoso, de templar los ánimos en las oficinas del Camp Nou durante la reunión de la comisión delegada convocada el miércoles para sofocar la crisis abierta por la trama de cuentas difamatorias -lo que ya se conoce como ‘Barçagate’ o ‘Bartogate’, a elegir-, Josep Maria Bartomeu se enfrentará este viernes a las preguntas y los reproches de la junta directiva al completo en un encuentro en el que, además de nuevas explicaciones, se espera del presidente azulgrana algún gesto contundente que podría ser en forma de despido.

Es tal el malestar que han generado entre algunos directivos y ejecutivos las revelaciones de los últimos días -en especial, la existencia de un contrato con la empresa I3 Ventures por un montante que todas las voces del sector consultadas consideran fuera de mercado- que no se puede descartar un escenario de rebelión interna si Bartomeu no pone sobre la mesa alguna medida ejecutiva que delimite las responsabilidades y castigue el desatino. Y a nadie se le escapa que aquí la pieza más codiciada es la cabeza del responsable del área de Presidencia, Jaume Masferrer, a quien fuentes del club atribuyen abiertamente la polémica contratación.

990.000 euros

Una contratación de la que ayer habló en los micrófonos de Catalunya Ràdio el administrador único de I3 Ventures, el uruguayo Carlos Ibáñez, que aseguró que el acuerdo suscrito con el club limitaba el cometido de la empresa a “monitorizar toda la actividad de las cuentas del Barça y todo lo que tenga que ver con el Barça”, sin generar contenidos “ni negativos ni positivos”. Por ese trabajo, tal como reconoció el propio Ibáñez, I3 Ventures percibía 198.000 euros anuales. Puesto que la relación contractual se inició en el 2017 y tenía vigencia hasta el 2021, la cifra total de la operación ascendía a 990.000 euros.

En el curso de sus explicaciones, el director de la empresa dio respuesta a uno de los principales interrogantes que se suscitaron cuando estalló el escándalo, relativo al grado de conocimiento y participación de Bartomeu en la decisión de contratar los servicios de I3 Ventures. “Nosotros nos presentamos al club y el club nos contactó, y a partir de ahí surgió el contrato -relató Ibáñez-. En la presentación, donde se discute el alcance del proyecto, estaba Bartomeu”.

Pago fraccionado

La revelación de que el presidente estaba presente ya en esa primera reunión no les pasó desapercibida a los directivos descontentos, que la aprovecharán para exigirle una explicación detallada sobre los términos del acuerdo y sobre los motivos que llevaron al club a proponer una fórmula de pago fraccionado que le permitía sortear la supervisión de la comisión delegada, que debe dar su aprobación a todas las contrataciones que superen los 200.000 euros.

Carlos Ibáñez negó rotundamente que desde I3 Ventures se generaran los contenidos de las cuentas que difamaban en las redes sociales a diversas personalidades del entorno barcelonista, una cuestión que, según apuntó Bartomeu en el acto de presentación de Martin Braithwaite, está siendo objeto de una investigación interna en el club. “Cuando tengamos más datos, os convocaremos”, dijo a los periodistas.

¿Quién maneja el auto?

Lo que sí admitió Ibáñez es la vinculación de una de esas cuentas, Respeto y Deporte, con su empresa, aunque insistió en desmarcarse del contenido de los mensajes . “Es un canal que nace en Facebook, pero nosotros lo que registramos es el dominio. Es como si uno tiene una cochera y alguien le alquila un auto pero no sabe quién lo conduce. Responsabilidad, sí. Autor de contenidos, no. Esta es una cuenta de opinión, pero no es insultante, no hace apología del delito, no publica noticias. Da opinión. Yo tengo la cochera pero no manejo el auto. No somos responsables de lo que se dice”.

La principal pregunta que hoy deberá responder Bartomeu a los miembros de su junta es precisamente esa: ¿quién maneja el auto? Y, al hilo de esa, unas cuantas más: ¿hacia dónde se dirige? ¿Con qué propósito? ¿A qué precio? De las respuestas del presidente dependerá que el vehículo barcelonista empiece a enderezar el rumbo o acelere en su carrera hacia un acantilado cortado a pico.