Con un Messi atado en corto, el Barcelona no pudo cerrar, como era su intención, el pase a los cuartos de final de la Champions y no pudo pasar del empate anoche en Nápoles. Eso sí, los de Setién dejan bien encarrilada la clasificación, aunque la factura de la igualada en San Paolo fue bastante cara. El conjunto azulgrana no podrá contar en la vuelta del Camp Nou con dos de los titulares ayer, Vidal —expulsado por doble amarilla tras un roce con Mario Rui— y Sergio Busquets —vio una tarjeta que acarrea suspensión por acumulación—. Por si eso fuera poco, el preparador culé deberá estar pendiente de Piqué, lesionado ya en el tiempo de prolongación al torcerse el tobillo tras un salto con un rival.

La posesión, de nuevo, no fue un factor determinante para este Barça de Setién, extremadamente plano en la primera mitad del encuentro. Los azulgranas se fueron al descanso con el mal menor del tanto de Mertens a la media hora, precedido por un infantil error de Junior Firpo que desencadenó en una pérdida y el tanto del belga por la escuadra. Ter Stegen solo pudo hacer la estatua en esa ocasión, aunque ya en la segunda mitad salvaría a los suyos de una posible derrota con una salvada espectacular en un mano a mano con el español Callejón.

Manolas, uno de los jugadores clave de aquella Roma que eliminó al Barça hace dos ediciones, estuvo a punto de volvérsela a hacer al equipo catalán. Esta vez no tuvo la puntería de hace dos años y desaprovechó una buena asistencia de Callejón.

UN GOL CLAVE / La reacción azulgrana en la segunda parte le permitió encontrar el tanto que le da cierta ventaja para la vuelta. La visión de juego de Busquets, la rapidez de Semedo y el remate de Griezmann fabricaron el 1-1. Antes el Nápoles perdió a su hombre más incisivo por lesión, Mertens, precisamente en la jugada que motivó la amarilla de Busquets.

Messi —amonestado por clavarle los tacos a Ospina en su deseo de cazar un pase de Vidal— lo intentó en un par de ocasiones antes de que la tensión y el nerviosismo aparecieran en la recta final, con Arturo Vidal como protagonista, negativo, para el Barça. Los de Setién tuvieron que afrontar la recta final con uno menos por el agrio carácter del chileno que se encaró con Mario Rui.