Recién ascendido a Segunda B con un presupuesto modestísimo, cuarto tras las 28 jornadas disputadas de liga regular, la Peña Deportiva dio la campanada al eliminar al proyecto de altos vuelos del Marbella. El conjunto de Santa Eulalia del Río (Ibiza) es el rival del CD Castellón en la nueva semifinal por el ascenso a Segunda A, que tendrá lugar este jueves, a las 22.00 horas, otra vez en La Rosaleda de Málaga.

Es un equipo dirigido por el valenciano Raúl Casañ, con futbolistas que no pueden sonar demasiado por estos lares, pero que han demostrado ser altamente competitivos. Una plantilla joven (solo dos futbolistas por encima de la treintena) para un club con no demasiada historia en Segunda B (la cuarta temporada de su historia en la categoría, sin lograr nunca permanecer dos cursos seguidos), que cimentó su clasificación en su fulgurante arranque (cuatro triunfos en las primera cuatro jornadas, llegando a ser líderes en tres), que fueron capaces de reponerse al bache del final de la primera vuelta (llegaron a caer a la séptima plaza) para escalar a la cuarta en los nueve siguientes partidos).

Es un equipo atrevido y que juega a ráfagas, con un poderoso contraataque, que protagoniza partidos a tumba abierta (tres goles de media en sus encuentros), aunque ha encajado 41 en 28 (solo ha mantenido su portería a cero en siete). Además, sin la presión de equipos con más pedigrí o el peso de su historia, es un equipo que suple su teórica inferioridad con una energía que le convierte en un lobo con piel de cordero.

«Correr y correr sin cesar»

Juan Marí, el presidente de la Peña Deportiva, condensa el espíritu del equipo que, con el nuevo fracaso del también millonario proyecto del Ibiza de Amadeo Salvo, pretende plantar la bandera del fútbol pitiuso en Segunda A: «Raúl [Casañ, el entrenador] siempre lo dice: si no corremos, si no matamos, estamos muertos». «Esta es nuestra arma, correr y correr sin cesar, con una preparación física brutal a cargo de Vicent Egea, que es lo que les ha llevado a jugar los play-off, a ganar al Marbella y, si tienen suerte, a más arriba», añade el máximo dirigente de un club que presume, además, de que todos, «directivos y jugadores», « trabajan» al margen de sus obligaciones con el fútbol.