El CD Castellón, seguramente, será el equipo de Segunda A que más tiempo invierte en entrenar cada día. No en vano, salvo en las contadísimas ocasiones en las que ha trabajado en el Estadio Castalia (debe estar muy cuidado, ya que el mal estado del césped conlleva, incluso, a multas, como le ha pasado al Logroñés con el Nuevo Las Gaunas), ha trabajado a diario en el Parador de El Saler, que dista de Castalia exactamente 100 kilómetros (más de dos horas diarias, por lo tanto, para ir y volver). A partir de este miércoles, esa distancia se reduce, aunque seguirán siendo 50 kilómetros en total.

La plantilla que dirige Óscar Cano podrá volver a entrenar desde este miércoles en Marina d'Or, después del acondicionamiento del terreno de juego, lo que aliviará un tanto la precaria situación del Castellón, a la espera de disponer también del campo de la antigua Ciudad Deportiva de El Sequiol, en el límite de los términos municipales de Castelló y Benicàssim.

Todo mientras pasan los meses y los albinegros todavía sueñan con una ciudad deportiva propia, a la altura de un club del fútbol profesional.