El Villarreal sigue enganchado en la carrera por Europa tras reconciliarse con su estadio. Dos meses después, el Submarino logró ayer un merecido triunfo en La Cerámica, donde no ganaba desde el 2 de noviembre (2-0 al Real Valladolid), ante el Levante por 2-1, un resultado que no refleja la comodidad del choque ni el merecimientos de unos y de otros en el marcador, ya que los amarillos gozaron de numerosas ocasiones para haber logrado una victoria más holgada. Aunque cierto es que los granota se mostraron respondones en la recta final, acortando distancias y llegando incluso a acariciar el empate.

Un triunfo que debe dar tranquilidad al equipo de Unai Emery, el cual se había visto inmerso en una dinámica empatadora (cinco igualadas en las siete jornadas precedentes) y que se agravó tras caer derrotado en Sevilla.

Dos pájaros de un tiro, es decir, se recupera la senda de la victoria y se aborta de raíz la también racha de empates que el Submarino arrastraba en el coliseo vila-realense, ya que las anteriores tres actuaciones terminaron en tablas ante Madrid, Elche y Athletic.

DUELO DE ESTRATEGAS / El partido no solo era interesante por el nivel de los 22 protagonistas sobre el verde de La Cerámica, sino también porque frente a frente se veían las caras dos de los estrategas de LaLiga, dos de los técnicos que más trabajados tienen a sus equipo: Unai Emery y Paco López, quien regresaba a la que fue su casa durante varios años dirigiendo a los dos filiales groguets.

Emery sorprendió por no forzar a Foyth en el primer acto, apostando por un trivote en la medular muy ofensivo, como fue el formado por Parejo en el centro, con Moi Gómez y Trigueros en los costados, un 4-3-3 en el que Gerard y el joven Yeremi Pino fueron los extremos y Fer Niño el delantero centro, ganándole la partida a un Carlos Bacca que ni jugó.

Consciente de lo ofensivo de su rival, Paco López, en el bando granota, varió su dibujo y apostó por una defensa de cinco, aplicando un 5-3-2 con Son y Toño como carrileros y, ante el aluvión de bajas en la defensa levantinista por lesión, empleó a dos laterales como Coke y Clerc de centrales junto a Duarte, con Radoja, Melero y Rochina en la medular, y Roger Martí y Dani Gómez en punta. Se guardaba a futbolistas de nivel como Malsa, De Frutos o Sergio León.

Con las piezas sobre el tapete, fue el Villarreal el que golpeó primero en el minuto 20. Pedraza asistía a Fer Niño para romper la zaga del Levante. Justo premio para los de Emery, que durante el primer acto fueron dueños del balón y pudieron anotar algún gol más, pero en el que los granota acariciaron la igualada antes del descanso, al fallar Dani Gómez una clara ocasión sobre la línea.

La segunda mitad tuvo un guión similar, pero en el que el Submarino ganó en profundidad con Chukwueze. Suya fue la jugada del 2-0, en el 54, asistiendo al justiciero Gerard, que no perdonó con la derecha. Incluso tuvo otra para sentenciar tras un regalo en forma de asistencia de Parejo.

Y ya se sabe que cuando perdonas... el Levante sacó petróleo de una acción aislada. Gol de cabeza de Sergio León en el 73: 2-1 y ¡a patir! Un clásico en La Cerámica.

La tuvo Gerard Moreno, que la mandó al palo, y luego dos clarísimas de Morales y De Frutos. Al final se ganó, con justicia, rompiendo una dinámica empatadora en casa que mantiene al Submarino en su carrera por Europa.