El otro Submarino se tomó una copa, calentita eso sí, a costa del Zamora. En una tarde desapacible, muy fría, con el césped del campo del estadio Ruta de la Plata literalmente helado y ante un rival antipático por aquello de que es de Segunda División B --y ello no suele motivar a los jugadores--, los menos habituales del Villarreal dieron buena cuenta del conjunto rojiblanco, al que golearon por 1-4 y sellaron el pase a la tercera eliminatoria de la Copa del Rey, la cual también será a partido único, como ayer.

En el encuentro del debut del francés Étienne Capoue, el centrocampista llegado del Watford inglés quedó eclipsado por el recital de personalidad, conducción, desequilibrio, visión de juego y pegada de Yeremi Pino, que se está ganando a pulso convertirse en titular, sí o sí, del equipo de Unai Emery, pese a que, evidentemente, por edad tocará ir dosificando tanto sus apariciones en el rectángulo de juego como su exposición mediática. ¡Huele a crack!

A Yeremi le da igual si delante está el Sivasspor, el Levante, el Real Madrid o el Zamora. El canario la pide, la quiere, la esconde, la da, ayuda, presiona, dispara... y hasta marca. Ayer no le tembló el pulso para bajar el esférico cual guante en el pie a espectacular pase de 30 metros de Foyth para sentar a un rival y fusilar al meta Mapisa, el suplente de los rojiblancos, natural de Zimbabwe, que evitó una golada mucho mayor.

Dicho tanto era el 0-2 y llegaba en el minuto 42. Mucho antes, el Submarino pudo haber machacado a goles a los locales.

El técnico groguet jugó con aquellos que en LaLiga suelen ser suplentes, como el meta Rulli en portería, el central marroquí Chakla que fue lateral derecho, Funes Mori y Foyth en el eje de la zaga, Estupiñán en banda izquierda, con Jaume Costa y Baena de interiores escoltados por Capoue como pivote, y un tridente de ataque con unos inspiradísimos Samu Chukwueze y Bacca para acompasar a ese diablillo llamado Yeremi.

VENDAVAL AMARILLO / Hasta dicho 0-2 el Villarreal se había mostrado como un equipo implicado, serio y con personalidad. Con contundencia y eficacia en defensa y criterio con balón en la medular. Capoue y Jaume Costa ejercieron más labores de iniciación y contención, mientras que Álex Baena era el centrocampista que se descolgaba hacia el ataque.

El canterano abasteció de balones tanto a Chukwueze como a Yeremi, quienes asistían a Bacca. Los tres se hincharon a romper la adelantada línea defensiva de un Zamora suicida en el primer acto.

Tras sacarle el meta Mapisa tres manoplas a Baena, Bacca y Foyth, y un poste de Chukwueze, una asistencia del nigeriano provocó el mano a mano que Bacva convirtió en regate y gol. Llegó a la media hora de juego y unido al tanto de Yeremi parecía que al descanso se llegaría con 0-2, pero Carlos Ramos mandó un latigazo de 30 metros a la escuadra: 1-2.

Modificó el técnico rival el sistema en el segundo acto, que fue mucho menos vistoso y en el que el Villarreal se dedicó más a nadar y guardar la ropa que a intentar ahogarse. Los locales apretaron con la irrupción de Dani Hernández, que no pudo con Rulli.

Y los amarillos tuvieron la recompensa a su paciencia dos goles en la recta final del choque. El 1-3 de un astuto Fer Niño de cabeza y el 1-4 casi en el 90 de Raba, que acababa de entrar. El otro Submarino sabe sufrir, sabe jugar y sabe ganar. ¡Que pase el siguiente!