La dureza del calendario, la concatenación de partidos (alternando, este mes de enero, LaLiga con la Copa del Rey), los largos desplazamientos, el escaso tiempo para los entrenamientos y la reducción del descanso, pasan factura. A todos, aunque el Villarreal es ahora cuando está pagando el precio más alto. No hay encuentro que pase, en que Unai Emery vea disminuido su número de efectivos. Hasta el punto, que en El Alcoraz solo pudo inscribir a 20 jugadores, con la presencia a su lado, en el banquillo, de dos porteros suplentes.

El Villarreal ofreció detalles ayer sobre los problemas de Juan Foyth y Jaume Costa, dos jugadores que ya no pudieron enfrentarse al Huesca. Los amarillos no podrá contar por durante un tiempo ni con el argentino, ni con el valenciano, por lesión y por causas derivadas de la aplicación del protocolo por el covid-19.

Foyth, aquejado de unas molestias musculares, sufre, después de las pertinentes pruebas, una rotura miofascial en el adductor de su pierna izquierda. Los servicios médicos del Villarreal no han dado a conocer el tiempo de baja para el internacional con la albiceleste, pero podrían ser varias semanas. Suficientes para perderse la eliminatoria de dieciseisavos de final de mañana en Girona e, incluso, los cuartos de la semana siguiente, así como el compromiso liguero del sábado, frente a la Real Sociedad, en el Estadio de la Cerámica. Como mínimo.

Tampoco se sabe cuánto tiempo estará Costa fuera del equipo, aunque difícilmente pueda volver a jugar en el tramo de competición más inmediato. El lateral deberá guardar un tiempo de cuarentena por ser un contacto estrecho de un caso de coronavirus, según informó el Villarreal en el mismo comunicado, aunque dio negativo en las pruebas de PCR a las que ha sido sometido.

Estas dos bajas se suman a las de los lesionados de larga duración (Alberto Moreno y Vicente Iborra); así como al resto de tocados: Mario Gaspar, Gerard Moreno y Samu Chukwueze. El listado de bajas es de siete.

Además, ni Paco Alcácer ni Yeremi Pino están en plenitud de sus facultades físicas. El primero, porque acaba de salir de una lesión de cerca de dos meses; y el segundo, víctima de un calendario de tanto nivel cuando, en teoría, no estaba predestinado a tener tantos minutos, aunque su explosión le ha permitido quemar etapas.

Todas las líneas

Las ausencias castigan todas las líneas, pero en especial se ceban con los dos carriles y la delantera. La llegada de Étienne Capoue puede no ser suficiente para tratar de apuntalar una plantilla hecha jirones en una temporada demencial.