El presidente del consejo de administración del Real Unión de Irún, Ricardo García, está buscando desde hace meses la entrada de un grupo inversor, pues ha manifestado su deseo de abandonar la entidad, mientras logra la entrada de capital que alivie los balances de cuentas del histórico club vasco.

El arraigo de Unai Emery con el club irundarra, ciudad vecina de Hondarribia, donde nació el técnico del Villarreal, le ha convertido en uno de los candidatos a adquirir el paquete accionarial que le otorgara el control del club. De esa manera, Ricardo García ha intentado tocar la fibra sentimental del preparador amarillo para que medite hacerse con la propiedad del equipo de su tierra.

EL ABUELO DE EMERY

Antonio Emery Arocena fue guardameta del Real Unión en los años 20 y logró alzar dos trofeos de Copa, además de ser uno de los fundadores de la competición liguera española. También pasó a la historia como el portero que recibió el primer gol del campeonato nacional. Y no solo el abuelo, sino también el padre del actual entrenador amarillo, Juan Emery, defendió la meta del Real Unión en su día.

Precedentes familiares que corroboran la fuerte vinculación sentimental con el club irundarra. De ese elemento de unión de la familia proviene el inicio del ofrecimiento para que Emery se vinculara como propietario. Las conversaciones las lleva personalmente el entorno del técnico amarillo, afincado en València, y que ha delegado tanto en su hermano como en su abogado, Josu Reta, cualquier negociación.

No obstante, según informaron a Mediterráneo fuentes cercanas al técnico, no existe ningún principio de acuerdo para la compra de Real Unión de Irún SAD, solo un intercambio de información del estado de los balances de cuentas y de la salud financiera de la entidad irundarra. Es el punto cero de una negociación encaminada a lograr la estabilidad económica de una entidad que este año opta al ascenso a Segunda A o, en su defecto, a la nueva categoría Segunda B Pro. El Real Unión marcha ahora segundo en su subgrupo de Segunda B.

Ricardo García ya ha anunciado el deseo de no continuar como presidente al término de su mandato. El actual dirigente comunicó su intención en la última asamblea de accionistas, a la vez que confirmó la existencia de conversaciones con un grupo vinculado a la comarca guipuzcoana.

En cualquier caso, si finalmente las negociaciones concluyesen en la adquisición del Real Unión por parte de la familia Emery, el técnico del Villarreal no tendría vinculación deportiva alguna con el club irundarra. Solo se trataría de un lazo sentimental por las raíces familiares y con el deseo de colaborar. Es decir, la faceta de Emery no se trasladará a los despachos y seguirá en los banquillos.